Luque "defendió" a Morla y sus colaboradores

CAUSA MARADONA

 El neurocirujano admitió finalmente ser el médico "de cabecera" del exfutbolista, pero reiteró que la internación domiciliaria no estaba bajo su responsabilidad y criticó a los familiares del "10" al asegurar que, si bien se comprometieron a acompañar al paciente, después "desaparecieron todos".

 Leopoldo Luque, indagado por la muerte de Diego Maradona, defendió al abogado y apoderado del "10", Matías Morla, y a sus colaboradores, pero admitió que "no hacen nada que no sea por dinero".

 Al margen de que el lunes presentó en la fiscalía un descargo de 85 páginas por escrito en el que negó haber estado a cargo de la internación domiciliaria durante la cual falleció el astro mundial de fútbol, pidió una nueva junta médica e insistió en que nunca se representó la posibilidad de la muerte del "10".

 Pese a todos los escritos que había presentado su defensa, el lunes, por primera vez y ante las preguntas directas de los fiscales que lo investigan, Luque admitió ante Iribarren, Ferrari y Capra que él fue el médico "de cabecera" de Maradona pero, cuando le consultaron qué acciones adoptó como tal en la internación domiciliaria, reiteró que la misma estaba bajo la responsabilidad de la obra social y la empresa de cuidados domiciliarios.

LA RELACION CON EL ENTORNO

 Una de las preguntas de la fiscalía fue acerca de la relación que el neurocirujano tenía con Morla y su entorno, entre estos su hermana Vanesa Morla, y el esposo de ella y cuñado del letrado, Maximiliano Pomargo, quien era "asistente personal" y convivía con Maradona en la casa de Tigre.

 La fiscalía le preguntó si alguno de ellos había influido en las decisiones médicas y en especial en la determinación de no internar a Maradona en una institución, sino en el domicilio de Tigre y bajo su control.

 Luque contestó que "ellos no influyen en la decisión médica. Puede que hicieran recomendaciones o comentarios. Yo, para ganar confianza, por ahí les seguía la corriente en algunas charlas, pero todo lo que actué respecto de Diego fue basado en bibliografía científica y en mi convicción de que lo estaba ayudando", respondió.

 Cuando le exhibieron mensajes en los que Pomargo le decía "por favor que no se lo lleven ellas a su casa", por el temor que tenía de que Diego se fuera a vivir con alguna de sus hijas, o "si logro zafar ésta, hay plata para todos", Luque deslizó que el cuñado de Morla era "una persona preocupada por su trabajo" y que "acostumbraba a mandar mensajes de ese estilo", pero que "no influyeron" en sus decisiones como médico.

CIEN MIL Y LOS "RETORNOS"

 En cuanto a su sueldo, Luque dijo que en 2019 él "no cobró nada" pero que en 2020 fue Vanesa Morla quien le propuso "ganar un sueldo" y que "el monto eran 100 mil pesos por mes" y que "nunca hubo aumentos".

 Cuando los fiscales le preguntaron por los supuestos "retornos" que el imputado le debía pagar a la hermana del abogado, el neurocirujano aseguró que la mujer le pidió una "colaboración mensual" de 10.000 pesos por "ayudarlo a gestionar" los estudios o turnos médicos para Maradona.

 "Estas personas no hacen nada que no sea por dinero. Todos los que estaban cerca de Maradona estaban cobrando", dijo Luque y a continuación adujo que, si fuese por él, "hubiese estado sin cobrar".

 Cuando le preguntaron si se vio impedido en hacer algo con su paciente, por pedido o indicación de los Morla, de Pomargo, del sobrino Johathan Espósito o de los empleados de seguridad, Luque volvió a defenderlos: "Jamás. Desde que lo conocí a Diego, jamás me vi impedido de realizar algo que le correspondía y que fuera por su salud. Nunca un allegado bloqueó algún tratamiento".

 En ese punto hizo una crítica que también incluyó a la familia: "Uno espera que la familia colabore. Yo a veces no sentí colaboración, pero no que me entorpezcan".

 Cuando se refirió a la reunión del 10 de noviembre en la clínica Olivos donde se barajaban las opciones de externación de Maradona, donde el médico fue lapidario contra los familiares y el entorno.

 Luque recordó que participaron las hijas Dalma, Gianinna y Jana, "Kity" y dos hermanas más de Diego, la expareja Verónica Ojeda, el abogado Víctor Stinfale, Pomargo, el kinesiólogo Nicolás Taffarel, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Diaz y él.

 "Lo que noté es que prevalecieron los conflictos personales. Era más importante que no entre Verónica Ojeda a pensar qué hacer con 'mi papá'. Saber dónde estaba Matías Morla, a qué vamos a hacer con 'mi papá'. Para mí debieron haber estado todos los que lo querían y se preocupaban por él", expresó Luque dando a entender que el apoderado debía haber estado presente.

 "El único que estuvo todo el tiempo fui yo. Y soy el único que ahora está acá declarando", reprochó Luque en un tramo de su declaración en la que, según fuentes judiciales, "se quebró en llanto".

 "Yo les pregunté si sabían el problema que él tenía o si lo acompañaron al médico alguna vez. Yo sí lo hice, todos los controles le dieron bien. Hablaron de un centro de rehabilitación pero como él no quería, quedaron en que no. La conclusión que se llegó era que había que acompañarlo. Dijeron que si, pero desaparecieron todos después. No lo logré", indicó.

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