"Maradona estaba lúcido y no tenía nada"

 El neurólogo que declaró en la causa, a quien si bien le habían dicho que lo iba a evaluar con regularidad, afirmó que vio al "10" por única vez en la revisión médica que se realizó al día siguiente de que Maradona fuera externado de la clínica Olivos.

 El neurólogo que visitó al genio mundial de la historia del fútbol Diego Armando Maradona en la única revisión médica que se realizó en la casa de Tigre donde el astro estuvo bajo internación domiciliaria hasta su muerte, declaró en la causa que lo encontró "lúcido" y "orientado en tiempo y espacio", y aclaró que le habían dicho que lo iba a evaluar con regularidad, pero sólo pudo verlo una sola vez y nunca más lo llamaron.

 Se trata de Jorge Eduardo Macia, de 58 años de edad, quien fue contratado por "Medidom", la empresa en la que la prepaga Swiss Medical tercerizó la internación domiciliaria de "El 0", para hacer a domicilio una evaluación neurológica del paciente.

 Macia aseguró ante los fiscales de San Isidro que él concurrió a la casa del barrio San Andrés de Tigre el 12 de noviembre pasado, es decir, al día siguiente de que Maradona fuera externado de la clínica Olivos donde había sido sometido a una neurocirugía por un hematoma subdural y que ahí fue junto al médico clínico llmado Pedro Di Spagna, quien aún no fue llamado a declarar ni como imputado ni como testigo en la causa.

 "Evalué a Diego Maradona; estaba lúcido lo que significa que estaba ubicado en tiempo, en persona y en espacio. No encontré al examen déficit motor, eso, aclaro que es el equivalente a que no le faltaba fuerza en ningún miembro, ni brazo, ni pierna. Tampoco le encontré déficit sensitivo y ni signos extrapiramidales, que son los signos que presenta la enfermedad de Parkinson", dijo Macia en su declaración.

 Refirió también que el paciente estaba en la habitación donde había "una cama de dos plazas, un sillón cómodo donde se encontraba Maradona sentado, tenía una cómoda a la derecha y enfrente de él un televisor muy grande en que el miraba fútbol".

 Afirmó que él habló con un "sobrino" -Jonathan Espósito-, y que además había "alguien de enfermería" y que toda la evaluación que hicieron con Di Spagna "duró entre media hora y una hora" y que no vieron "ninguna enfermedad aguda que lo pudiera complicar".

 El neurólogo señaló que antes de ir habló con una de las imputadas de la causa, la médica identificada como Nancy Forlini, coordinadora de la internación de Maradona para Swiss Medical, y que ella le dijo que "necesitaba una evaluación" pese que el paciente "tenía médico tratante" y que "no decidiera tratamientos" porque de eso estaban a cargo los médicos particulares.

 Explicó que luego de la evaluación se comunicó con Forlini para reportarle cómo lo había visto y que ella le pidió un informe que él se lo envió unos días más tarde.

 "La idea es que si yo iba y encontraba algo en lo que no coincidía yo eso se lo tenía que manifestar en el informe para que ellos tomaran la decisión. Yo a Diego Armando Maradona no le encontré nada", reiteró.

 En otro tramo de su declaración, Macia recordó que "lo que me dijeron de Swiss Medical es que lo iba a evaluar regularmente y nunca más me llamaron. Fui solo esa vez".

 Es que esa visita del clínico Di Spagna y del neurólogo Macia, fue la única evaluación médica realizada por parte de profesionales enviados por Swiss Medical y Medidom en la casa del barrio San Andrés, ya que en otras oportunidades que quisieron ir a evaluarlo, no se producido por cuanto "el entorno" de Maradona pidió que no se lo invada.

 Cuando los fiscales les preguntaron cómo fue la evaluación, Macia detalló que "en cuanto a la ubicación se le pregunta al paciente quién es, dónde está y cuál es la fecha y Maradona me contestó correctamente". 

 También agregó que no tenía déficit motor "en ningún lado", así como tampoco en las "vías sensitivas".

 Cuando le preguntaron si había evaluado a Maradona según los parámetros de la llamada "escala de Glasgow", dijo que no, que eso se utiliza en otras circunstancias, pero aclaró: "Yo encontré un paciente lucido con un Glasgow 15/15", lo que significa "que está lucido, despierto, que moviliza los miembros, que respira espontáneamente".

 Otras dos declaraciones testimoniales son las de Enrique Esteban Barrio (51) y Germán Dornelli (35), jefe y empleado respectivamente, del área administrativa de Swiss Medical a cargo de la operativa y la logística de cuidados domiciliarios para los afiliados, quienes fueron convocados porque ellos figuran en los mails donde se ordenó el servicio para Maradona.

 Los fiscales les exhibieron uno de esos correos electrónicos donde se autorizó para Maradona un servicio que consistía en "enfermería 24 horas, preferentemente hombres, con dos personas en cada guardia, médico diario y seguimiento neurológico cada 15 días".

 Barrio aclaró que "esa orden se cambió y el médico fue solicitado de manera semanal a pedido de la gerencia médica por un acuerdo que se había hecho con la familia".

 El mismo testigo aclaró a la fiscalía que el servicio en la casa de Maradona no fue un internación sino "cuidados domiciliarios".

 "Nosotros no brindamos internación domiciliaria, brindar eso sería un servicio idéntico al de un sanatorio y eso no es posible. En los cuidados domiciliarios se pueden brindar algunos equipos ortopédicos, de oxígeno, que no sean de alta complejidad, equipos de enfermería para lo que es aplicación y control de medicación, pero no se puede armar una terapia intensiva en un domicilio", agregó.

 La ronda de testigos continuaba estos días en la fiscalía, por donde restaban declarar el médico Fernando Villarejo, jefe de la unidad de terapia intensiva de la clínica Olivos; Pablo Dimitroff, director médico de esa clínica; la psiquiatra de Swiss Medical Marcela Waisman; Rocío Oliva, la última pareja que tuvo el "10"; y el abogado Víctor Stinfale.

"NO ERA LO ADECUADO"

 Por otro lado, el jefe de la Unidad de Terapia Intensiva de la clínica Olivos, Fernando Villarejo, complicó la situación del neurocirujano Leopoldo Luque y de la psiquiatra Agustina Cosachov, al asegurar que "él (Maradona) quería hacer lo que quería, y el entorno se lo dejaba. Por ejemplo, si un paciente así quiere tomar alcohol o drogas, y uno se lo permite, está dejando que se autodestruya".

 El jefe de la unidad de terapia intensiva de esa clínica en la que fue operado Diego Maradona antes de su muerte en noviembre pasado, complicó la situación del neurocirujano Leopoldo Luque y de la psiquiatra Agustina Cosachov, al asegurar que eran sus médicos de cabecera y que fueron ellos quienes decidieron la externación a pesar de que era desaconsejado.

 Se trata del médico Fernando Villarejo, jefe de la UTI de la clínica Olivos, donde Maradona fue sometido a una cirugía por un hematoma subdural y estuvo internado entre el 4 y el 11 de noviembre, quien declaró como testigo ante los fiscales de San Isidro que tienen a su cargo la investigación por la muerte del "Diez".

 "Dejamos asentado que la externación no era lo adecuado a nuestro juicio para el paciente, por el entorno y las circunstancias. Desde el punto de vista clínico estaba para ser dado de alta, pero tenía muchas alteraciones vinculadas a cuadros psiquiátricos, estaba muy inestable", dijo el médico, quien agregó que Maradona "era autoagresivo. No detectaba el riesgo".

 "Él quería hacer las cosas que quería hacer, y el entorno se lo dejaba. Por ejemplo, si un paciente así quiere tomar alcohol o drogas, y uno se lo permite, está dejando que se autodestruya. Era muy difícil la relación con él, y también con su entorno", explicó.

 Respecto de ese entorno, aseguró que "estaban de cinco o seis personas permanentemente en el lugar y no cumplían con las normas habituales de distanciamiento".

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