La Unión Europea (UE) y el Reino Unido alcanzaron ayer un acuerdo para pasar a la segunda fase de negociación del Brexit, tras constatar avances suficientes sobre los derechos de los ciudadanos y la factura de salida y superar las diferencias sobre la frontera norirlandesa, que se mantenía como el principal escollo.
La Comisión Europea (CE), el ejecutivo de la UE, dijo que recomendará a la cumbre de líderes europeos de la semana próxima comenzar la segunda etapa de las conversaciones, centradas en la relación comercial futura entre el bloque y Londres.
La CE decidió recomendar al Consejo Europeo que se hicieron los progresos suficientes en los tres términos del divorcio para poder entrar en la segunda fase de la negociación, dijo el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, en rueda de prensa en Bruselas.
Parado junto Juncker, la primera ministra británica, Theresa May, agregó que no habrá una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte, luego de que la jefa de gobierno intensificara en los últimos días los contactos con los unionistas de Irlanda del Norte.
La satisfacción de los unionistas de Irlanda del Norte por el acuerdo no se ha hecho esperar.
La líder del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, Arlene Foster, destacó que la provincia británica abandonará la UE en las mismas condiciones que el Reino Unido, en virtud del acuerdo alcanzado ayer entre Londres y Bruselas.
En declaraciones a los medios, la dirigente norirlandesa se mostró satisfecha con las soluciones planteadas por May, para evitar el restablecimiento de una frontera estricta con la República de Irlanda, clave para las dos economías y su proceso de paz.
Hemos recibido la clara confirmación de que todo el Reino Unido abandonará el mercado único y la unión aduanera, dijo la líder del DUP, mayoritario entre la comunidad protestante norirlandesa y socio del gobierno británico, informó la agencia de noticias EFE.
Pero también el gobierno de Irlanda ha mostrado su satisfacción.
Desde Dublín, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, aseguró que el acuerdo sobre el Brexit cumple con todas las demandas planteadas por su gobierno, entre la que destaca el mantenimiento de una frontera invisible con la provincia británica de Irlanda del Norte.
Varadkar subrayó que el texto acordado propone que las dos jurisdicciones de la isla no tendrán divergencias reguladoras y protege el acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), que puso fin a décadas de conflicto en Irlanda del Norte entre los unionistas, que quieren seguir siendo parte del Reino Unido, y los republicanos, que quieren ser parte de Irlanda.