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ENFOQUE Por Gustavo Lores *
En Argentina se estableció el 11 de septiembre como Día del Maestro en honor a Domingo Faustino Sarmiento, impulsor de la educación primaria universal, pública, gratuita y obligatoria. Cada 17 de septiembre se celebra el Día del Profesor recordando a José Manuel Estrada, historiador, orador, escritor, periodista y destacado intelectualen su época.
La elección del 21 de septiembre como el Día del Estudiante fue también en homenaje a Sarmiento, en conmemoración de la repatriación de sus restos. El fi lósofo francés Edgar Morin escribió en 1999 para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) un libro para introducirnos al nuevo milenio. Se titula "Los siete saberes necesarios para el futuro de la educación".
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Con motivo de las celebraciones de docentes y alumnos, me permito compartir una síntesis de los ejes del texto de Morin elaborada por el escritor y comunicador norteamericano Andrés García Barrios.
En parte es un homenaje a cada uno de ellos, pero también supone un desafío para la comunidad educativa. Primer saber: Las cegueras del conocimiento, el error y la ilusión. "Un racionalismo que ignora la vida es irracional. La racionalidad debe reconocer el lado del afecto, del amor, del arrepentimiento. La verdadera racionalidad conoce los límites de la lógica; sabe que la realidad comporta misterio. La verdadera racionalidad es capaz de reconocer sus insufi ciencias.
"Segundo saber: Los principios de un conocimiento pertinente. "No se trata de abandonar el conocimiento de las partes por el de las totalidades, sino de comprender que el pensamiento que separa y el pensamiento que religa están juntos."
Tercer saber: Enseñar la condición humana. "El ser humano de la racionalidad es también el de la afectividad, el mito y el delirio. El ser humano del trabajo es también el del juego. El ser humano empírico es también el de la imaginación. El hecho mismo de considerar racional y científi camente el universo nos separa también de él."
Cuarto saber: Enseñar la identidad terrenal. "Debemos abandonar el sueño prometeico del dominio del universo para alimentar la aspiración de la convivencia en la Tierra. Este planeta necesita un pensamiento policéntrico."
Quinto saber: Enfrentar las incertidumbres. "Conviene ser realista en el sentido complejo de comprender la incertidumbre de lo real, saber que aún hay algo invisible en lo real. El conocimiento es navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas. La estrategia debe prevalecer sobre el programa. El programa establece una secuencia de acciones que deben ser ejecutadas sin variación en un entorno estable; pero cuando se enfrenta a un entorno inestable e incierto, el programa se bloquea. En cambio,la estrategia elabora su escenario de acción tomando en cuenta las certidumbres y las incertidumbres, las probabilidades y las improbabilidades.
La estrategia debe privilegiar tanto la prudencia como la audacia y si es posible las dos a la vez."
Sexto saber: Enseñar la comprensión. "La comunicación triunfa; el planeta está atravesado por redes, celulares, Internet. Sin embargo, la incomprensión sigue siendo general. Ninguna técnica de comunicación, del teléfono al internet, aporta por sí misma la comprensión. La comprensión no puede digitalizarse. La comprensión humana sobrepasa la explicación. La explicación es sufi ciente para la comprensión intelectual u objetiva de las cosas. Es insufi ciente para la comprensión humana. Comprender incluye necesariamente un proceso de empatía, de identifi cación y de proyección. Siempre intersubjetiva, la comprensión necesita apertura, simpatía, generosidad. Si sabemos comprender antes de condenar estaremos en la vía de la humanización de nuestras relaciones."
Séptimo saber: La ética del género humano. "Ya decía Kant que la fi nitud geográfi ca de nuestra tierra impone a sus habitantes un principio de hospitalidad universal, reconociendo al otro el derecho de no ser tratado como enemigo. La regeneración democrática supone la regeneración del civismo, la regeneración del civismo supone la regeneración de la solidaridad y de la responsabilidad, es decir el desarrollo de la ética. Podríamos preguntarnos si la escuela no debería ser prácticamente, concretamente, un laboratorio de vida democrática. El aula debería ser el lugar de aprendizaje del debate argumentado, de las reglas necesarias para la discusión, de la toma de conciencia de las necesidades y de los procesos de comprensión del pensamiento de los demás, de la escucha y del respeto de las voces minoritarias y marginadas."
Los alumnos, maestros y profesores son las individualidades de un complejo sistema educativo que, en la Argentina más allá de los discursos y salvando valiosas excepciones, no ha ingresado en el siglo XXI.
La realidad educativa es que los alumnos al finalizar el nivel secundario tienen dificultades serias para comprender globalmente un texto. La mitad no puede resumirlo ni inferir información. Entre un cuarto y un tercio apenas puede extraer un mensaje explícito solo si es reiterado en más de una oportunidad en el texto. Desde este punto de partida abordar cualquiera de "los siete saberes necesarios para el futuro de la educación" parece una quimera. La responsabilidad de la acción no reside centralmente ni en los estudiantes ni en los docentes. Recae sobre las políticas educativas, sobre la dirección de cada escuela, sobre la regencia de cada colegio secundario, sobre el rectorado de cada universidad y sobre cada ministerio donde se generan los mecanismos paradiseñar el futuro de la educación en sus diferentes escalas.
Es en estos ámbitos donde se encuentra el poder de optar por asumir el reto de mejorar continuamente la sociedad o estancarse en el "statu quo" del que sólo unos pocos se benefi cian.
(*) ExDecano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy
