Las respuestas a las dudas sobre la inviolabilidad del sufragio, la seguridad del sistema y la confianza.
Una mujer sale del cuarto oscuro luego de votar y aliviada por haber ejercido su derecho, formula una pregunta: “¿No me borrarán el voto?”.
Esa duda —sobre la inviolabilidad del sufragio, la seguridad del sistema y la confianza en que su selección será respetada— merece un análisis cuidadoso considerando el nuevo mecanismo de votación: la Boleta Única de Papel (BUP).
También te puede interesar:
¿Qué es la Boleta Única de Papel (BUP)? • La ley Ley 27.781, sancionada el 1 de octubre de 2024, modificó el Código Electoral Nacional para introducir la Boleta Única de Papel (BUP) como instrumento de votación en las elecciones nacionales. • Según la Cámara Nacional Electoral, el sistema consiste en que cada elector recibe una única boleta impresa, en la que figuran todas las fuerzas políticas y sus listas por categoría. • En el cuarto oscuro, el votante marca con el bolígrafo entregado su opción en el casillero correspondiente, dobla la boleta según instrucciones y la deposita en la urna. • Entre los objetivos declarados del sistema: mayor transparencia, reducción de faltantes o boletas incorrectas, y simplificación logística del acto electoral. ¿Por qué surge esta pregunta: “¿No me borrarán el voto?” La inquietud de nuestra votante se sustenta en varios factores reales: • Cambios en la técnica de votación: al pasar de múltiples boletas partidarias a una sola boleta universal (la BUP), el elector puede sentirse menos familiarizado con el proceso.
• El temor a que el sistema permita errores u omisiones (por ejemplo, marcar mal, que la boleta no sea bien contabilizada, que una marca invalide el voto).
• La posibilidad de fraudes o irregularidades que históricamente han generado desconfianza en el electorado.
• La sensación de que el acto de votar, al automatizarse o modificarse, pueda perder su carácter de control ciudadano.
¿Qué garantías ofrece el sistema para tranquilizar a la votante? Para responder a la pregunta, se detallan los controles y mecanismos presentes con la BUP: 1. Recepción de la boleta oficial • Al ingresar al cuarto oscuro, la autoridad de mesa entrega la boleta única que está previamente firmada y numerada, junto con un bolígrafo. • Esto asegura que cada votante manipula una boleta legítima, lo cual reduce la capacidad de sustituir o manipular hojas no autorizadas.
2. Marcado del voto y secreto • El votante marca su preferencia en la boleta (un casillero por categoría) con el bolígrafo entregado. • Debe doblar la boleta siguiendo las instrucciones, para preservar el secreto del sufragio. • Las reglas establecen que marcar más de una opción por categoría, o realizar inscripciones adicionales no permitidas, puede resultar en nulidad. 3. Fiscalización y mesas de control • Cada mesa electoral cuenta con autoridades de mesa, fiscales partidarios y observadores.
• La presencia de fiscales y representantes de los partidos garantiza que el desarrollo del acto esté vigilado.
• Las preguntas frecuentes del organismo electoral prevén casos de boletas erróneas, destrucción del talonario o reemplazo, lo que da cuenta de que el sistema tiene protocolos ante incidentes. 4. Conteo y escrutinio • Una vez cerrada la votación, se abre la urna y se cuentan los votos.
• La boleta única facilita que el conteo sea más transparente, al evitar que falten boletas de un partido, o que se entreguen boletas falsas o sobres. • Además, al estar todas las opciones en una única hoja, la manipulación por faltante de boletas de algún frente es más difícil.
¿Entonces, puede “borrarse” un voto? Aunque el marco es robusto, es legítimo analizar los posibles riesgos residuales: • Si un votante marca incorrectamente (por ejemplo, más de una opción en una categoría), su voto puede quedar anulado. Eso no es “borrado” en sentido de que desaparezca, sino que será considerado nulo para esa categoría. • Si se produce un error del funcionario de mesa (boleta mal entregada, firma incorrecta, urna no cerrada adecuadamente), podría haber complicaciones. Pero existen protocolos para la sustitución de la boleta o informes al respecto. • En términos de fraude sistemático, el nuevo sistema pretende mitigar varios de los problemas anteriores, pero ningún sistema electoral es absolutamente invulnerable. Lo relevante es que éste refuerza los controles y reduce las oportunidades de manipulación comparado con el sistema anterior.
• Finalmente, la confianza del elector también depende de la presencia y actuación de los fiscales partidarios y de los organismos de control; sin vigilancia, la percepción de seguridad disminuye.
FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS