“No me dejes solo”: el ruego de Fred Machado y la crónica de sus últimas horas antes de la extradición

En sus últimas 8 horas en Argentina, Fred Machado revela sus nexos con Espert y Bullrich y amenaza al Gobierno: “Si hablo, se cae el país”, advirtió.

Crónica de mi encuentro de ocho horas con Federico "Fred" Machado, quien será extraditado a EE. UU., acusado de lavado de activos provenientes del narcotráfico y estafa millonaria.

La casa donde el financista de la campaña presidencial de José Luis Espert en 2019 cumplía arresto domiciliario, que tiene en vilo a varios políticos y empresarios argentinos, está ubicada a la vera del río Negro, en el kilómetro 20 de la ruta provincial número 1 de Viedma.

Nací y me crié en la Comarca Viedma-Patagones. Machado nació y vivió en ese mismo lugar. Jamás nos cruzamos por una cuestión generacional: me lleva siete años y dejó atrás el pueblo a los 18. Fue una leyenda, de esas que anhelan los pibes, hasta que en 2021 las noticias del arresto y la sombra de la palabra "narcotráfico" rompieron la fantasía del sueño americano.

Bajo del micro de larga distancia a las 7:30 a. m. Mi mamá me espera en la terminal, como cuando tenía 18 años. Siento el aleteo de un entusiasmo renacido, que apareció cuando Rolando me habilitó a viajar con cámara a la boca del lobo para regresar con la exclusiva para GPS.

Tomo dos mates y espero el mensaje que me facilitará el ingreso a la especie de fortaleza que resguarda a este hombre de un pueblo temeroso, indignado y decepcionado, pero, sobre todas las cosas, hipócrita.

Desde la ruta distingo el portón abierto de par en par. Varios metros y una sucesión de árboles me escoltan hasta llegar a un pequeño desvío: la imagen de un buda de yeso y las letras de colores que rezan “Mi Lugar en el Mundo” indican que he llegado. Cuatro perros callejeros de pelaje brilloso me dan la bienvenida apenas abro la puerta. Un chico joven, moreno, vestido con camiseta de fútbol y con un fratacho en la mano me saluda. Espero entre el auto y la algarabía de los perros. La fachada es la de una vivienda linda, pero nada del otro mundo. La famosa piscina se parece más a una palangana. Lo suntuoso del imaginario se vuelve común y corriente.

El mismo chico me indica que el señor patagónico de los cielos me va a recibir. Abre la puerta y mis nuevos amigos se abalanzan sobre él. La primera imagen es la de un hombre semiagachado, conteniendo la euforia de los cuatro animales. Los corre y me saluda.

La voz misteriosa de la llamada del día anterior, finalmente, tiene un rostro, una media sonrisa, ojos esquivos y una mueca que se resbala de su boca. Habla pausado, deja aire entre palabra y palabra, como si ese silencio diera paso a una verdad no dicha.

En un pacto irrisorio y sin sentido, agarra mis dos manos y me pide que no lo traicione. No sé muy bien a qué se refiere. “Por la vida de tu hijo”, agrega. Un frío me recorre la espalda. Intento ver al tipo peligroso del que hablan, pero no lo encuentro. Tengo la sensación de que me está haciendo jurar por algo que jamás me dirá. “Te lo juro”, respondo. Soy capaz de jurar por cualquier cosa con tal de llevarme la nota. Soy una periodista desesperada. Una miserable.

Es astuto. Piensa cada frase, me observa. Repregunta. Se toma su tiempo, como quien se prepara para torear al destino que viene al galope directo a embestirlo. Cada nombre que salga de su boca será bañado por una mancha negra. Estoy preparada para almacenar todo en mi memoria. La ansiedad comienza a llenar mi cuerpo desde los pies.

Hago una lista mental con sus frases: * Espert lo negó.

* Weretilneck mintió.

* Cicarelli es un tipo básico que se las rebusca. Un día vende cebolla y otro, autos.

* Al club le dio camisetas y le pagó a algún extranjero. Ayudó a un comedor y a proteccionistas de animales.

* Villaverde es impresentable.

* Es una cuestión de plata, no de droga.

* El Gobierno acusó recibo de un mensaje.

* Los abogados solo quieren plata.

* ¿Vidal Bada Vázquez? Un buen amigo.

* ¿Bullrich? Silencio.

* ¿Milei? Cuenta una historia sobre perros.

* Le digo que alguien cercano habló de una foto con el presidente. Otra vez la media sonrisa.

El silencio del Gobierno y los malabares de una dupla de abogados, improvisando la pantomima de una defensa urgente, es, por demás, un mensaje claro: la extradición comienza a tomar cuerpo y se transforma, en cuestión de horas, en la posibilidad más concreta. La soledad en la que lo hundieron los que comieron, volaron e hicieron campaña con su dinero lo lleva a recordar con cierto desprecio.

Vendió más de 50 aviones en Argentina. Entre los compradores aparecen: * Grupo Neuss * Grupo Frávega * Sergio Mastropietro, con quien en 2010 formó una sociedad dedicada al alquiler y servicios de aviones llamada SO VAIN SA. Mastropietro ocupó roles ejecutivos en varias empresas aeronáuticas, entre ellas, AVIAN LÍNEAS AÉREAS, continuadora de MAC AIR JET (del grupo SOCMA de la familia Macri).

* Ricardo Fort * Lácteos Vidal: El vínculo con Alejandra Bada Vázquez y su esposa, Cecilia Roncero, es clave para cruzar los datos de transferencias entre empresas de Fred Machado y el clan Bada Vázquez con los aportes a la campaña de Patricia Bullrich en 2023.

Un dato: Fred Machado comienza a venir a Argentina en 2016, con el gobierno de Mauricio Macri, con Patricia Bullrich como ministra de Seguridad y Mastropietro con injerencia en el aire. Para los investigadores, la relación con Mastropietro habría permitido a Machado operar dentro del sistema aeronáutico argentino con respaldo local y acceso a infraestructura clave. El día en que Machado conoció a Espert, Mastropietro estaba presente.

El binomio Bada Vázquez-Machado cobra fuerza con Eco Friendly, empresa constituida por Claudio Cicarelli —primo hermano y supuesto testaferro del hombre acusado de lavado y narcotráfico— y Cecilia Roncero. El cruce de apellidos y negocios abre una pregunta: ¿fue Bada Vázquez quien financió la campaña de Bullrich, o se trataría de una triangulación en la que Machado transfirió a la firma de lácteos US$ 3.073.354 a Transportes El Nacional —empresa de Bada Vázquez—, desde la que se transfirió a Bullrich la suma de al menos US$ 215.000 para la campaña 2023? El vínculo Bada Vázquez-narcotráfico apareció en enero de este año, cuando un avión aterrizó en Entre Ríos con 350 kg de cocaína. La investigación llegó a descubrir la patente real de la aeronave y rescató una prueba contundente: ese avión había pertenecido a Transportes El Nacional y había sido vendido a un precio diez veces menor a su valor al narco peruano Villanueva, hoy detenido en Ezeiza.

“Espert no tendría que haberme negado. ¿Por qué me negó?”, repite Machado con bronca y decepción acumulada. “Yo lo quise advertir —continúa—. Se lo dije en marzo de 2021, le expliqué que irían por él. Pero no me escuchó”.

En 2016, de la mano de Javier Naselli, ejecutivo de la firma UBS, Fred se reunió con ocho gobernadores, entre ellos Uñac de San Juan, Urtubey de Salta, Manzur de Tucumán, Colombi de Corrientes y Weretilneck de Río Negro. El entramado en su provincia natal tiene aristas interminables y peligrosas para el actual gobernador.

En principio, Weretilneck comenzó el capítulo Machado cometiendo los mismos errores de comunicación que Espert: mintiendo. Según el mandatario rionegrino, el encuentro se produjo por pedido de dirigentes del equipo de la Liga Argentina de Básquet Deportivo Viedma, hecho que desmintió el propio Fred Machado.

Por otro lado, la figura de Claudio Cicarelli desestabiliza de tal manera al gobierno rionegrino que lleva al gobernador a embarrar su propia cancha: admite que Cicarelli fue adscripto al bloque de Juntos Somos Río Negro —presidido por Facundo López, su monje negro y candidato a senador nacional—, que no trabaja, y resalta que fue despedido hace un par de semanas. Inventa una justificación que lo incrimina: avala el cobro de haberes sin trabajar, intentando desligar la responsabilidad al club de básquet, entidad deportiva que recibió —como otras organizaciones sociales (comedor de Lorena Alan, asociaciones protectoras de animales)— colaboración del entonces empresario Federico Machado.

Weretilneck tampoco pudo explicar por qué Cicarelli adquirió una cantidad irrisoria de permisos de explotación de canteras para extraer arenas silíceas (el 39 %), permisos otorgados por la Subsecretaría de Minería de la provincia, dependiente de la Secretaría de Energía, a cargo de Andrea Confini, pareja del gobernador y segunda candidata a senadora nacional. Dato a tener en cuenta: ¿existe incompatibilidad de funciones para un empleado del Estado que accede a permisos de explotación? Para culminar la autoencerrona, el gobernador Weretilneck, en un ataque de furia, despidió al periodista Luciano Barroso —empleado (como el 80 % de los comunicadores) de la administración provincial— doce horas después de cubrir el caso Machado para un medio nacional.

El silencio es insoportable. Tengo enfrente a Fred Machado comiendo banana con granola y yogur. “No como hace dos días”, se justifica. Le cuento que están pidiendo US$ 100.000 por el contrato celebrado con Espert. Cambia la mirada, se indigna. Ironiza. “Imposible. Una sola persona tiene ese contrato”. Se dirige al cuarto, vuelve con un papel. Lo rompe. Sigue comiendo banana con cereales.

Frente a mi pregunta en relación con el Gobierno nacional, responde: “Me mandaron un mensaje. A Santiago Caputo le hago llegar un mensaje: ‘Yo no quiero ir a Estados Unidos. Si esto explota, yo fundo todo. Yo hablo y se cae el país mañana’. La respuesta fue: ‘Mensaje recibido’”. Este cruce, según Machado, fue el día domingo, luego de la filtración del video de Espert en la pileta.

Hay un hilo inapelable que une a Machado con el gobierno libertario: su candidata a senadora nacional, Lorena Villaverde, sería pareja de Claudio Cicarelli, supuesto testaferro del hombre que será extraditado en cuestión de días. Un funcionario del Ministerio de Capital Humano, Hernán Núñez, es socio de Claudio Cicarelli en GOLD AND SAND, empresa constituida en Río Negro a la que Weretilneck le otorgó permisos y cesión de tierras fiscales para la explotación minera.

Pide empanadas mientras responde mensajes. Nos sentamos en una mesa pequeña. Llega su mamá, disculpándose, con un abrazo que se le sale de las manos. Pregunta cosas y no puede terminar la frase. Machado se pone rebelde, esquivo. Ella sale y me hace una seña. Me acerco, me pregunta cómo está y qué se sabe. “Porque a mí no me dicen nada", remata. Le digo que está tranquilo, que no se preocupe. La abrazo. Se va. Entro. “Todos seguimos siendo hijos de alguien”, reflexiono. No me escucha. Juega con sus perros. Lo observo. Me pregunto cuándo se dignará a darme la entrevista.

Son alrededor de las 12:00 a. m. Federico Machado se dirige a la cocina para hablar con su abogado. Me llega una captura de pantalla de Rolando: “La Corte habilitó la extradición de Fred Machado”. Le hago una seña para que corte. Me hace un gesto de "esperá" con la mano. Le señalo mi teléfono y le acerco la pantalla. Lee. “Boludo, acá estoy leyendo que habilitaron la extradición”, levanta el tono de su voz. Corta. Se sienta en un sillón. Los perros corren a sus pies.

Él supo antes que nadie, como una profecía íntima, que habían entregado su cabeza. ¿Quiénes? Los mismos que lo ocultaron en una casa con costa de río hace cuatro años y medio. Los que construyeron un relato político antidelito mientras recibían dinero sucio para sus campañas. Hoy, el presunto narco argentino, tiene todas las fichas para perder la partida, al menos, en esta mano y en esta mesa de juego.

Viene la hermana, con los ojos rojos. Me hace una seña. Me dice que Francisco le avisó que es cuestión de minutos. No le creo nada a Onetto. Machado me pregunta qué creo. Le digo que para mí no se lo van a llevar ya. Que hagamos la nota. Me pide que no me vaya hasta que se lo lleven. Que no lo deje solo.

Cada media hora recibo un mensaje de Rolando, que me cuide, que no me pase nada. Me guía para manejar una situación que en algún punto ha tocado los vértices más filosos de mi propia vida. “No hice la nota todavía”, le confieso. “No importa, es momento de contener”, responde. Me alivia.

Finalmente, enciendo la cámara y hago la nota. Todo se aceleró a un ritmo vertiginoso, impensado, después de la destreza demostrada para frenar la extradición por más de cuatro años. Machado está apurado y nervioso. La noticia de la Corte arrasó con el poco humor que tenía. Es una bomba a punto de estallar. Se detiene en detalles, trata de explicar, pero llega a un punto en el que la pala de la memoria se topa con una roca. No hay manera de correrlo del discurso como declaración jurada.

La quita de apoyo a José Luis Espert por parte del Gobierno dejó al hombre acusado de lavado de activos provenientes del narcotráfico sin su arma de negociación. Francisco Onetto, como abogado de Machado, es un gran abogado de Javier Milei.

Las empanadas se enfrían como todo lo que carece de sentido.

Son las 16:00 h de uno de los días más intensos de mi profesión. Una camioneta azul espera en la entrada de la fortaleza. Fred y el chico de la camiseta de fútbol, ahora sin el fratacho en la mano, están en el cuarto. Entro sin permiso. Me preguntan si vi la camioneta. “Andá a fijarte quiénes son”, me pide. Regreso a la entrada de la vivienda. Se bajan los oficiales.

Le mando un mensaje: “Es la policía”.

Todos tienen chalecos antibalas.

Les digo que no pasa nada. Que está tranquilo. Regreso.

Federico Fred Machado está en cuclillas. No le alcanzan las manos para responder a todos los lengüetazos y manotazos de esos animales. Finalmente, con ellos, es su despedida. Todos somos decorado de alguien. Pienso en lo ingrata que es la maternidad.

Una hilera de policías forma una circunferencia alrededor de la casa mientras otros preparan las esposas. Lo despido. “Gracias por todo”, me dice.

Regreso con la nota como trofeo y la sensación de que Federico “Fred” Machado, la mancha venenosa del momento con tobillera electrónica defectuosa en una casa con acceso al río, no se fugó porque no quiso o porque tenía un pacto que no cumplieron. Que ese río, hoy más negro que nunca, develará más de un entramado nacional y provincial. Que el sol no se tapa con la mano y que esta no será la excepción.

FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS

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