Marta Galiano, La Negrita, expresó su descontento con la repartición de bienes en el divorcio y demostró que naturalizó la violencia física y económica.
Fabio “La Mole Moli” apunta a desmentir a su ex mujer, Marta “La Negrita” Galiano, que terminó por confesar que estaría por quedar ciega de un ojo a causa de los golpes recibidos por su ex marido, en medio de una división de bienes que lleva casi cinco años.
La disconformidad de Galiano a la hora de la división de los inmuebles y otros artefactos dejó al descubierto terrenos municipales que estarían bajo el poder del boxeador y supuestos hechos de violencia económica y física con graves consecuencias.
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El deportista fue condenado en 2023 a dos años y dos meses de prisión en suspenso por el delito de coacción agravada contra Galiano, aunque fue absuelto de lesiones graves, el boxeador debió asistir al Centro Integral de Varones en Situación de Violencia.
Aunque al momento del juicio declaró que aún mantenía a su familia, recientemente la ex esposa del deportista sostuvo: “Los 30 años de palos que me dio, no hay plata que pague los palos que yo recibí de él. No quiere arreglar, me quiere dar una sola vivienda” “El doctor me dijo que tengo como una cicatriz dentro del ojo y me preguntó si me golpeé. Le comenté al médico que sufrí muchos golpes en la cabeza, porque él me pegaba siempre y ahora están las consecuencias. No veo casi nada. Veo todo nublado de ese ojo”, apuntó ayer “La Negrita”.
Por su parte, Fabio sostuvo esta tarde: “Los bienes que se iba a quedar ella son la casa grande, paterna; y yo me quedaba con la chata y una propiedad”. Aunque, Marta había hablado de una casilla rodante, una pollería, cuatro propiedades que habría puesto a nombre de los hijos, cada una de ellas con galpones y una propiedad que habría vendido sin repartir el capital económico.
Pero el boxeador refutó: “Cuando estuvimos frente al juez esta semana (...) Todas esas propiedades, a lo largo de 30 años de convivencia pensamos en levantarle una casa y regalarle un vehículo a cada hijo. Levantamos todas las casas amuebladas y con llave en mano para nuestros hijos”.
La falta de argumentos tomó un vuelco cuando Fabio apuntó: “Me resultó extraño que ella pidiera eso frente a un juez, entonces le pregunté ¿qué quiere repartir, las casas que les repartimos a nuestros hijos? Le dije que se las doy y se las lleve a todas. Las casas de los hijos, para mí, no deberían estar en juego”.
En esa instancia se hizo presente la escueta explicación sobre los terrenos: “Habíamos dividido de palabra. Vengo pasando, aguantando, me la mamo y sigo muy tranquilo en el laburo. Las casas no están a nombre mío, ni de los chicos, es una historia grande y no quiero (...). Ella sabe perfectamente cómo llegaron los terrenos. Eran terrenos municipales”.
En cuanto a la compensación económica y la acusación de que su ex mujer no tiene para comer, Fabio negó: “No quise salir a hablar nunca porque me duele escuchar todo eso. Es lo que dice ella ¿de qué vale que yo salga a hablar, si nunca nos vamos a poner de acuerdo?”.
Por último, desconoció haber influído en la salud de la madre de sus hijos: “Del tiempo que arrancó el tema del juicio, nunca presentó un estudio médico sobre el tema del ojo, que no sé por qué están ahora ¿Cómo se puede comprobar que es cierto? Miente en todo”.
FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS