Funcionalidad, diseño y confort deben aliarse y complementarse, para brindar un refugio perfecto.
La maravillosa luz natural, la amplitud del espacio, la cama que se vislumbra como una isla y los detalles personales son el ADN de una habitación (casi) perfecta. Una alfombra es un requisito imprescindible en todo dormitorio, cálido y confortable. Salir de la cama y pisar mullido es una grata sensación a la que no se debe renunciar.
En cuánto a la iluminación, no debemos renunciar a la luz del sol, pero al caer la noche, es esencial una buena iluminación. Procura tener una luminaria de techo y dos puntos a los lados de la cama.