Luego de la presentación de su plataforma MQB-A0 y un breve contacto para la prensa con unidades de pre-serie, Volkswagen comenzó a producir el nuevo Polo en la planta de Anchieta (São Bernardo do Campo, São Paulo), que llegará a los concesionarios del país vecino entre octubre y noviembre para luego finalmente arribar a nuestro mercado. Promocionado como el primer fruto de la mayor ofensiva de productos en la historia de la marca en Brasil, el Polo dará lugar a una amplia familia de derivados: un sedán (el Virtus), una SUV (T-Cross) y una pick up. Sólo para la producción del hatchback y el tricuerpo, la firma alemana realizó una inversión inicial de R$2,6 billones para el desarrollo y modernización de varios sectores de la fábrica y que alcanzará los R$7 billones antes de 2020, lo que por supuesto fue muy bien recibido por el gobierno brasileño (presente en el evento de celebración), que busca una pronta recuperación de la crisis que afecta al sector automotriz en el país.
Entre las mejoras en la fábrica, se destaca la sección de pintura, que recibió un equipo especial para la aplicación de una cera que reduce la acción de la corrosión en la carrocería y la reprogramación del proceso existente, para incorporar más colores. Además se instaló un nuevo Fahrwerk, tal como lo denomina VW, para el maridaje entre el conjunto motriz (motor, transmisión y suspensión) con la carrocería del vehículo. Vale recordar que si bien el Polo es un modelo global, tendrá algunas adaptaciones para nuestra región, como un mayor despeje (+2cm), barra estabilizadora más robusta y distintos motores, 1.0 MPI, 1.6 MSI y 1.0 TSI -las versiones equipadas con este impulsor contarán con ESP-.
Este lanzamiento coincide con el 60´ aniversario de la fabricación de la mítica Kombi, que salió de la misma línea de montaje que ahora ocupa el Polo.