REUNIÓN DE TRABAJO Y DESAYUNO PROTOCOLAR
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, calificó como una reunión de trabajo al desayuno que mantuvo ayer en la residencia del mandatario electo Sebastián Piñera, un acto protocolar que es tradición en el país el día posterior a las elecciones presidenciales.
No quisimos hacer una reunión protocolar, sino una reunión de trabajo. Conversamos sobre distintos aspectos, de coordinación, de lo que puede ser este período de traspaso de informaciones, revisar el tipo de proyectos que dejaremos aprobados y los que quedarán en marcha, contó la mandataria a la prensa tras su primera reunión luego de la segunda vuelta que consagró ayer a Piñera como su sucesor a partir de marzo próximo.
Bachelet acudió a la casa de Piñera acompañada por el ministro de Interior, Mario Fernández, y fue recibida por el presidente electo y su esposa Cecilia Morel, que se retiró tras desayunar.
La conversación entre los tres dirigentes se prolongó por más de una hora y media, bastante más tiempo del acostumbrado. La extensión del diálogo y la presencia del ministro Fernández le dieron un contenido político sin precedentes a una reunión meramente simbólica y tradicional.
Hemos conversado de temáticas nacionales e internacionales, además hemos fijado personas para coordinar aspectos específicos para que a partir de marzo él (Piñera) pueda sentir que conoce todo lo que requiere, añadió Bachelet.
La mandataria destacó que muchos de los contenidos de los programas que nosotros hemos llevado adelante han sido tomados por la oposición, lo que consideró un triunfo y una gran noticia para los chilenos.
Al mismo tiempo, recalcó que entregará los atributos de mando a su antecesor como corresponde pese a su apoyo al candidato oficialista derrotado Alejandro Guillier.
Soy una demócrata y dije que le entregaré la banda a quien fuera electo. El pueblo de Chile tomó una decisión y el presidente Piñera fue electo y le entregaré la banda como corresponde, aseguró.
Consultada por el proyecto de reforma de la Constitución, la presidenta dijo que esperaba que todo lo expresado por la ciudadanía, y por el pueblo mapuche, en cuanto al proceso constituyente tenga continuidad, y ratificó que enviará el proyecto de la nueva carta magna en el espíritu de respetar esencialmente lo que fue ese proceso de más de 204.000 personas que participaron activamente.