BRASIL OTRA VEZ AL LÍMITE
El proceso se desarrollará en la sede del TSE en Brasilia, donde siete jueces deben debatir si hubo corrupción o financiación ilegal (llamada caja 2) en la campaña vencedora de las elecciones de 2014: tanto Rousseff como Temer serán juzgados.
Para los políticos aliados, la permanencia de Temer en el poder depende mucho del resultado de este juicio, tal como lo dijeron el titular interino del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Tasso Jereissati, y el de Demócratas (Dem), José Agripino Maia.
Si Temer, quien está siendo investigado por corrupción, obstrucción de la justicia y asociación ilícita, es condenado a la destitución, podrá apelar en el cargo, pero, según analistas, tendrá poco capital político para que el Congreso lo sustente.
En caso de destitución inmediata o renuncia, el TSE también puede convocar a elecciones directas, como hizo recientemente tras la condena al gobernador y el vice del estado Amazonas.
Pero el rito de sucesión actual indica que en caso de vacío del Poder Ejecutivo, el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, debe convocar a elecciones indirectas en 30 días para que el Congreso elija a un nuevo gobernante hasta el 31 de diciembre de 2018.
La fórmula Rousseff-Temer está acusada de recibir ilegalmente donaciones para el pago de los gastos de la campaña.
Temer intentó separar el proceso de Rousseff, a quien se declaró en rebeldía el año pasado cuando la agrupación del primero, el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), abandonó la coalición entonces gobernante con el Partido de los Trabajadores (PT) y empujó el juicio político que finalmente destituyó a la mandataria por violar la ley de responsabilidad fiscal.
Ahora están otra vez juntos intentando desbaratar el informe del juez instructor, Herman Benjamín, que recolectó declaraciones de Marcelo Odebrecht, condenado a 19 años de cárcel y que debería salir en diciembre a causa de su delación premiada, quien dijo que había aportado dinero ilegal a las cuentas del PT.
También el publlicitario de la campaña de Rousseff, Joao Santana, dijo que recibió dinero de Odebrecht en el exterior como parte del pago de la campaña.
La defensa de Rousseff dice que ambos mintieron y que esa transacción que hicieron se debió a la campaña de Oscar Arias, candidato derrotado en Panamá en la que trabajó Santana.
Temer se encuentra en la mira del fiscal general, Rodrigo Janot, quien mandó el 17 de mayo a investigarlo por corrupción y obstrucción de la justicia, tras haber sido grabado en forma oculta por el empresario Joesley Batista, del mayor frigorífico del mundo, JBS, avalando sobornos y compra de jueces y fiscales que ejecutaba el magnate.
Según analistas de la prensa local, uno de los jueces puede pedir vista del proceso, es decir, abrir un cuarto intermedio sin plazos.
En esta posibilidad radican las chances de Temer de evitar que un fallo condenatorio, si bien apelable, pueda restarle el clave apoyo del PSDB a su gobierno y las reformas que lleva adelante en el Congreso.
El presidente del tribunal electoral, Gilmar Mendes, dijo que este juicio no tiene como objetivo resolver la crisis política del país y es normal que los jueces pidan cuarto intermedio para analizar sus decisiones y retrasar el veredicto.
En rigor, lo más fuerte que existe en este juicio es contra el PT de Rousseff a partir del testimonio de Marcelo Odebrecht.
La defensa de Rousseff dijo la semana pasada que buscará demostrar que el testimonio de Odebrecht es falso.