Investigadores santafesinos desarrollaron un aceite comestible de girasol y de soja saludables, únicos en el país. El nuevo producto tiene el mismo sabor, olor y aspecto que los demás, pero posee una diferencia en el aporte de triglicéridos y, por lo tanto, engordan menos.
Es el desarrollo del Grupo de Investigación en Ciencias e Ingeniería Catalítica (GICIC) del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (Incape), que desde hace dos años trabaja diariamente en transformar los aceites comestibles comunes en aceites enriquecidos en componentes que los hagan más saludables para el consumo cotidiano.
El producto común posee triglicéridos que se transforman en grasas cuando se metabolizan en el organismo, por eso es que tratamos de convertir parcialmente ese componente en otro que engorde menos.
No se trata de un aceite dietético, porque sus propiedades calóricas son similares al aceite común. La diferencia reside en cómo se metaboliza dentro del organismo, característica que impide que se fije como grasa, contó Isabel Di Cosimo, que encabeza el grupo de trabajo encargado de la creación del nuevo producto.
En un principio el desarrollo apunta a los aceites de girasol y de soja que se producen en Santa Fe y, de esa manera, aumentarles el valor agregado.
El aceite ya se creó en laboratorio y se tramita una patente desde 2014. Ahora resta todo el proceso para que el producto llegue a la góndola, continuó la líder del grupo científico.