Abren los museos "Soto Avendaño" y Posta de Hornillos

A la reapertura del sector turístico hotelero en la Quebrada de Humahuaca el próximo fin de semana, se sumará el reinicio de funciones en los museos dependientes de la Provincia, tal es el caso del Museo de esculturas "Ernesto Soto Avendaño", en Tilcara y el Museo Posta de Hornillos, en Maimará. La decisión de la secretaría de Cultura provincial en dar este paso, fortalece mucho más la reactivación de la actividad turística en el norte jujeño, iniciada el pasado fin de semana con el sector gastronómico.

Ambas instituciones abrirán sus puertas mañana a las 9, pero el horario de cierre diferirá, en Tilcara el museo a cargo de Dina Chañi, cerrará a las 19, lunes y martes permanecerá cerrado, de miércoles a domingo y feriado podrá ser visitado, la entrada será de $ 30. En el caso del Posta de Hornillos (a 3 kilómetros al sur de Maimará), a cargo de Armando Caminares, cerrará a las 18, lunes y martes también permanecerá cerrado, de miércoles a domingo y feriados podrá ser visitado, y el precio de la entrada será de $ 30.

El patrimonio cultural es un recurso sumamente importante para el turismo, lo cual lo transforma en un argumento para recuperarlo y protegerlo, pues es un factor de dinamización y potenciación del desarrollo socioeconómico local y regional. Dentro de ese esquema los museos como instituciones custodias del patrimonio pueden tener un papel destacado en el desarrollo turístico de una localidad o región, en este caso la Quebrada de Humahuaca, por lo que su función es esencial para la actividad.

El "Soto Avendaño" está ubicado en la casa donde vivió el héroe gaucho el Coronel Manuel Alvarez Prado (frente a la plaza central que también lleva su nombre), en cuatro salas se exhiben esculturas en yeso del artista Ernesto Soto Avendaño, entre las que se destacan Cansancio, La pena, Trabajo, y una maqueta que reproduce en un décimo de su tamaño el monumento a los Héroes de la Independencia, emplazado en Humahuaca.

El Posta de Hornillos, es una vieja casona construida por Gregorio Alvarez Prado en 1772, fue lugar de relevo obligado de la caballada en la ruta que unía el Alto Perú con el Virreinato del Río de la Plata. Durante las guerras de la independencia se transformó en fortín y en 1813 sirvió de descanso al General Manuel Belgrano; en sus doce salas se exhiben testimonios del pasado colonial, próximo a el hay un sitio arqueológico prehispánico.