CON SUS VOTOS EN EL CONGRESO NACIONAL
Si sabrá el radicalismo de desestabilización institucional por parte del peronismo. Don Arturo Illia, Raúl Alfonsín o Fernando De la Rúa entran en esa lista de haber padecido los boicot en sus gobiernos, paros salvajes o planificar saqueos en los supermercados atizando una revuelta popular solo porque no eran gobiernos.
Lo saben bien, y en Jujuy particularmente cuando la dirigencia incendiaria de la izquierda en complicidad con el kirchnerismo, la Tupac Amaru y gremios estatales afines, intentaron un golpe institucional o una intervención federal a la gestión de Gerardo Morales, tras la violencia iniciada en los alrededores de la Legislatura para después bloquear las rutas nacionales y provinciales en el 2023, en contra de la reforma constitucional y el falso argumento de que se avasallaban derechos originarios, cuando no se modificó ni una coma del viejo texto constitucional.
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Todo esto con la complicidad del gobierno nacional de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que ya antes venía discriminando a la provincia con los fondos nacionales. No llegaba un peso extra más allá de la coparticipación federal, mientras provincias gobernadas del peronismo recibían millonarios fondos para obra pública o viviendas. También fiscales y jueces federales de la agrupación K "Justicia Legítima", miraban para otro lado.
En las últimas semanas casi todos los legisladores nacionales del centenario partido de Alem e Yrigoyen le hicieron el juego a Unión por la Patria, votando de manera conjunta tanto en el Senado de la Nación como en la Cámara de Diputados de la Nación, leyes que lesionan el déficit cero del gobierno nacional, una de las patas del programa económico de Javier Milei, junto al fin de la emisión monetaria la baja de la inflación. Si bien el financiamiento del Garrahan, universidades o jubilados, son temas sensibles para los valores del radicalismo, sus votos terminaron siendo funcional a la meta política "kuka": debilitar electoralmente a La Libertad Avanza.
Estos mismos síntomas lo padeció el radicalismo en el pasado de parte del "Club del Helicóptero" kirchnerista. Ese es el objetivo destituyente de Unión por la Patria, que se sintió envalentonada tras el triunfo de Axel Kicillof en provincia de Buenos Aires, para después ahondar su plan con los nuevos traspiés del Gobierno en el Congreso la semana pasada. Ya se hablaba del "riesgo kuka" y eso es lo que ocurrió a casi un mes de las elecciones nacionales de octubre: incertidumbre en los mercados, caída de las acciones argentinas, suba del dólar para que la inflación en baja se dispare en una corrida y el Central se vea obligado a vaciar sus reservas, aumento del riesgo país, y pérdida de credibilidad internacional, y el caldo para que dirigentes y legisladores kirchneristas comenzaran a pedir el alejamiento de Javier Milei. ¿Eso no es ser destituyente o golpistas? Encima, lo amenazan con denuncias por incumplimiento de aplicar las leyes que fueron ratificadas tras los vetos rechazados. Hasta figuras como Martín Lousteau, presidente del Comité Nacional de la UCR y perdedor nato en Capital Federal, se expresan casi del mismo modo que los de Unión por la Patria.
Si el radicalismo cree que será opción en el 2027 con el santafesino Maximiliano Pullaro a la cabeza o secundando al no kirchnerista Juan Schiaretti, está confundido. Porque, no habría sitio para una "avenida del medio" con Provincias Unidas, sector que conforman un grupo de gobernadores, entre ellos el jujeño Carlos Sadir. Ya hay antecedentes con Roberto Lavagna. La puja aunque cueste aceptarlo, volverá a ser entre los libertarios -amen de errores propios- y los "kukas", ya que aún la UCR arrastra la mala experiencia económica de Alfonsín o De la Rúa, amen de la desestabilización peronista junto a sindicatos y empresarios afines.
Hoy un respiro tuvo el presidente Javier Milei con el fuerte apoyo de EEUU, lo cual repercutió de forma favorable en los mercados, frente la difícil semana que pasó tras las derrotas en el Congreso. Pero falta un mes para las elecciones, y la maquinaria de impedir y destituyente del kirchnerismo seguirá. Comenzó con Pepe Albistur o Guillermo Moreno que auguraban la caída de Milei a poco de asumir su cargo debido al intencional desastre económico que le dejaron. Hoy siguen operando, aún con tobillera electrónica, y el radicalismo en lugar de despegarse de los "kukas" termina siéndole funcional. "Kirchnerismo nunca más" es la consigna libertaria, mientras el radicalismo parece optar por "más kirchnerismo", pese a que lo sufrieron cuando eran gobierno.