Sobre la evolución de la economía y la política en Jujuy

En un pasaje del famoso trabajo de Federico Engels conocido como El Anti-Dühring, se señala que la burguesía participa de la ilusión de que "las condiciones políticas son la causa determinante de la situación económica". Lo decía para fundamentar, no el determinismo económico, sino la necesidad del estudio concreto de la realidad económica de cada época y su evolución ineludible, a la luz de la lógica dialéctica. En otro momento, junto a Carlos Marx, investigaron la relación de la superestructura jurídico-política sobre el despliegue de las fuerzas productivas. Bien vale esta definición conceptual y el razonamiento para incursionar en los cambios que se están produciendo en la economía de Jujuy en la última década.

Históricamente la Provincia de Jujuy pasó por tres periodos o ciclos largos de su estructura económica básica. El primero abarca el tiempo en que la economía se caracterizaba por ser pastoril, de pequeña agricultura, de comercio minorista y de tránsito hacia el Alto Perú-Bolivia y pequeña minería, tal estructura había sido heredada de la Colonia yse prolongó hasta fines del siglo XIX.Este ciclo largo se cerró a partir de la incursión del capital en su etapa imperialista en la actividad industrial azucarera de fines del siglo XIX y comienzos del XX, estructura reforzada por la gran minería de la década de los años de 1930; con ello se modificó la formación económica, social y política de Jujuy. Este segundo periodo o ciclo tuvo su correlato en la hegemonía política de fuerzas conservadoras que la aparición del radicalismo no modificó. En el año 1932 la Legislatura de Jujuy tenía 18 miembros, de los cuales 17 de ellos eran empleados o ejecutivos de los dueños de los ingenios y las minas. Fue la fundación de Altos Hornos Zapla y el industrialismo del acero, impulsado por el sector patriótico del Ejercito Argentino como expresión propia de la burguesía nacional, acompañado por el advenimiento del fenómeno peronista de 1945/46, el que cerró el largo ciclo conservador de más de 50 años con predominio del capital extranjero, en un primer momento con inversiones de ingleses, y luego con créditos de franceses y alemanes. El avance industrial tuvo como correlato un cambio positivo drástico de las condiciones laborales y sociales de los trabajadores privados y públicos. La hegemonía oligárquica azucarera-minera fue cuestionada y paso a estar a la defensiva total al menos por un lapso de 10 años. Tras el golpe del año 1955 se asistió a la contraofensiva del poder terrateniente y minero con un marco de desindustrialización y extranjerización de la economía, al tiempo que se desplegaban actividades económicas importantes como la tabacalera a partir del año 1967 con la creación del Fondo Especial del Tabaco, junto a la producción de cemento y en alguna medida y por un breve pasaje de la producción de celulosa de la madera. Las interrupciones dictatoriales de los años 1955-1958, 1966-1973, y 1976-1983 no modificaron la hegemonía político-electoral del peronismo cuya cúpula de dirigentes con distintos matices ingresaron en un proceso de metamorfosis que fue alejándose cada vez más de su doctrina y principalmente de su práctica original.

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A partir del golpe de 1976 el salto hacia políticas entreguistas fue abismal, que luego los gobiernos de Menem, De la Rúa y los Kirchner profundizaron o mantuvieron. Esto se da en el marco de la Revolución Tecnológica, o la Tercera Revolución Industrial caracterizada por la Revolución Cibernética, Informática y Comunicacional. En Jujuy y en la Región esto se expresa en el extractivismo contaminante del ambiente en la extracción de salmueras del subsuelo y la producción de carbonato de litio para las baterías y otras aplicaciones en medicina, maquinas informáticas, teléfonos celulares o industria espacial. En el capitalismo monopólico-imperialista estos avances tecnológicos se despliegan con el incremento incesante de la población urbana en grandes ciudades que quebrantan el metabolismo armónico entre el ser humano y la tierra.

Esto es parte de lo que alumbra la nueva onda larga del ciclo económico. La Ley de Inversiones Mineras del menemismo determinó el mayor avance de la política de entrega de recursos naturales que hasta el día de hoy sigue vigente, junto al otorgamiento de ventajas impositivas. El ejemplo de Jujuy en el tema impositivo es muy ilustrativo y para ello es contundente y valioso el Documento publicado en el año 2022 por la CEPAL y Naciones Unidas titulado "Renta económica, régimen tributario y transparencia fiscal en la minería del litio en Argentina, Bolivia y Chile" del cual tomamos el título "Sales de Jujuy (Argentina) impuestos pagados" y de allí destacamos el Cuadro 21 sobre Tasas efectivas de tributación, para el periodo 2017- 2020 (En porcentajes):

                                                                                               Años 2017 2018 2019 2020 Total

Derechos de exportación 0,1 0,8 2,6 5,4 8,9 Seguridad social 2,1 1,5 2,9 2,3 8,8 

Regalías y otros pagos a las provincias 1,6 1,8 1,9 0,3 5,6 

Reintegros -6,5 -7,6 -4,9 -1,8 -20,7 Total -2,6 -3,5 2,4 6,2 2,6 

La ley Minera del menemismo había fijado como tope el 3 por ciento de Regalías y en Jujuy desde el año 2017, con el gobierno de Gerardo Morales, se fue reduciendo dichas regalías y al presente se percibe un absurdo 0,3 % sobre la producción y el valor declarado por las empresas. Durante todo este periodo de 4 años se acumula un 5,6 % en concepto de derechos de explotación del salar y el total neto tributado después de los reintegros se reduce al 2,6 %. El concepto Reintegros, también obra del menemismo, se aplica a las mineras, que reciben de la Aduana por las ventas de litio al exterior. Este cuadro hecha luz sobre el interrogante instalado a nivel popular: ¿para qué se hace política y a quiénes se beneficia?

 (*) Economista – Profesor Emérito de la UNJu 

 (**) El libro será publicado por Ediciones Yarará