Día de la memoria por la verdad y la justicia

ENFOQUE Por Gustavo Lores (*)

El pasado 24 de marzo se conmemoró en Argentina a las víctimas de la dictadura militar que tomó el gobierno del Estado nacional entre el 24-03-76 y el 10-12-83. La Ley 25.633 de 2002 dispuso que "en el seno del Consejo Federal de Cultura y Educación, el Ministerio de Educación de la Nación y las autoridades educativas de las distintas jurisdicciones se acordará la inclusión en los respectivos calendarios escolares de jornadas alusivas al Día Nacional que consoliden la memoria colectiva de la sociedad, generen sentimientos opuestos a todo tipo de autoritarismo y auspicien la defensa permanente del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos".

El 06-09-79 arribó a Buenos Aires una comitiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Recibió más de 6.000 denuncias de secuestros y desapariciones y publicó un informe que comenzaba: "La Comisión ha llegado a la conclusión de que en Argentina se cometieron durante el período a que se contrae este informe -1975 a 1979- numerosas y graves violaciones a los derechos humanos".

Entre las instituciones que sostienen la memoria en el tiempo quiero mencionar a la Escuela Técnica Otto Krause, ubicada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a su comunidad educativa. El Proyecto "Memoria en el Krause" se constituyó en marzo 2010 cuando en un Acto Escolar Oficial se leyó por primera vez la lista aun incompleta de víctimas del Terrorismo de Estado que pasaron por sus aulas. La iniciativa la motorizan egresados, estudiantes y autoridades del Colegio. El pasado lunes 21 de marzo se llevó a cabo una nueva actividad oficial por la memoria, en la que se mencionó a sus 26 exalumnos detenidos desaparecidos.

Fui parte de esta comunidad entre 1968 y 1973. Tres de mis compañeros de curso fueron detenidos desaparecidos y están en esa lista: Jorge Ferracani, Claudio Di Rosa y Jorge Néstor Livio. Con ellos, como con la mayoría de los chicos de la división, compartimos momentos inolvidables. Aprendimos en los recreos, en las horas libres o en el comedor de la Escuela a debatir con pensamiento crítico los temas de estudio, los desarrollos de las clases, nuestro comportamiento, el arte, la cultura y el contexto político. Estuvimos juntos en festivales de rock nacional, una toma de la Escuela en 1972, viajes de campamento y de fin de año. Cada 24 de marzo es inapelable el recuerdo del amor por la vida, por la amistad, por la familia, por el estudio, por el compromiso social, en fin, por un futuro mejor que irradiaban aquellos tres jóvenes. Se genera una vez más la sensación de vacío y de rechazo a la violencia atroz y desproporcionada.

Su desaparición fue una noticia que a muchos nos llegó fuera de contexto, al tiempo y a la distancia. Sin embargo, el dolor profundo de la pérdida irreparable e injusta, incalculable para sus familias y amigos, nos obliga a repasar no sólo los actos aberrantes del régimen de facto sino también las causas por las cuales el gobierno democrático de 1973, a pesar del amplio apoyo del electorado, se desintegró en pocos meses y dio paso, casi con naturalidad, a una nueva Junta Militar. En el plano internacional imperaba el "Plan Cóndor", una conspiración entre los servicios de inteligencia de países de América Latina y de los Estados Unidos que estimulaba y apoyaba a gobiernos totalitarios para garantizar la cancelación del "comunismo" en la región. En la Argentina, entre el 11-03-73 y el 24-03-76 se desencadenaron una serie de circunstancias extraordinarias. El gobierno democrático, encabezado por el Dr. Cámpora, asumió el 25-05-73 con el único objetivo de habilitar a Juan Domingo Perón como candidato a Presidente. Entre la asunción de Perón a la Presidencia de la Nación el 12-10-73 y su muerte el 01-07-74 pasaron menos de 9 meses. La conducción del gobierno quedó en manos de referentes peronistas de la extrema derecha anticomunista y grupos de la izquierda organizada y armada, también afines al peronismo de ese entonces pasaron a la clandestinidad. Estas circunstancias fueron propicias para la intervención de las Fuerzas de Seguridad, que fue estimulada por el propio gobierno democrático de Isabel Perón y López Rega.La firma del Decreto Presidencial 261/75 del 05-02-75 dispuso que "el Comando General del Ejército procederá a ejecutar las operaciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de elementos subversivos". Los excesos cometidos por el Gobierno Militar a partir del ejercicio del poder en nombre del Estado Nacional superaron los límites imaginables del horror y de la corrupción. Esta fue una de las causas por las que los Estados Unidos retiró el apoyo al régimen, posición que quedó al descubierto en su participación pro británica en la Guerra de Malvinas en 1982.

Desde el 22-04-85 al 09-12-85 se desarrolló el histórico juicio a los integrantes de las Juntas Militares. El Fiscal Julio César Strassera cerró su alegato: "Señores jueces, quiero utilizar una frase que pertenece ya a todo el pueblo argentino: Nunca más".

Es muy probable que debido a aquellos excesos todavía vivos en la memoria colectiva que, en 2001, cuando se desintegró el gobierno de la Alianza entre la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario (FREPASO), el opositor Partido Justicialista (PJ) que controlaba el Congreso con 42 Senadores y 118 Diputados, se hiciera cargo del Poder Ejecutivo a pesar del "que se vayan todos". No había legitimación social para una nueva intervención de las Fuerzas Armadas.

La actual situación de fractura interna del frente de gobierno ubica a la Argentina, a 46 años del golpe militar de 1976, al borde de una nueva y recurrente crisis de las instituciones democráticas. La lección que debíamos aprender a partir de aquel fatídico 24 de marzo de 1976 parece ser aun una asignatura pendiente.

(*) Egresado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy

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