EL PAPA, LA ONU Y EUROPA
La Comisión Europea (CE), el Papa Francisco y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mostraron su preocupación por el endurecimiento de las políticas de asilo de Austria, que el miércoles aprobó una ley para restringir las migraciones y en mayo habilitará un muro de contención en el Paso de Brennen, límite con Italia.
Tras legalizar la potestad de declarar un estado de emergencia si el número de refugiados se incrementa o rechazar a la mayoría de los solicitantes de asilo directamente en la frontera, Austria quedó en la mira de la comunidad europea y de líderes mundiales.
La dureza con que Austria trata el derecho al asilo afecta el desarrollo del área Schengen (el tratado que regula la libre circulación entre ciudadanos de 26 países europeos), un tema que la Comisión Europea (CE) observó con gran preocupación, señaló a la prensa la vocera comunitaria Mina Andreeva, según informó la agencia de noticias EFE.
El Ejecutivo comunitario subrayó que no debería tomarse ninguna medida que pueda afectar la vuelta a un funcionamiento normal del área para fines de año, de acuerdo con la hoja de ruta comunitaria.
Andreeva añadió que la CE está en contacto con las autoridades austríacas y analizará cualquier medida que adopten desde la perspectiva de la necesidad y la proporcionalidad.
Por su parte, el papa Francisco, que a diario refuerza su oratoria y preocupación sobre la crisis migratoria en Europa, abordó el tema con Ivo Muser, obispo de Bolzano, de la diócesis de Brenner, Italia, y le habló de la importancia de asistir a los refugiados y de la urgencia de ayudar a quien huye, según constó en un breve comunicado.
El encuentro entre los dos religiosos se dio el miércoles, el mismo día que las autoridades austríacas detallaron el dispositivo de contención migratoria que pretenden instalar en el paso del Brenner, en Italia, donde incrementarán la presencia policial, reforzarán los controles en trenes y autos e instalarán una valla para evitar la entrada de refugiados.
En este lugar alpino, que une ambos países, está prevista la instalación de una barrera metálica móvil que, en caso de necesidad, cortará la ruta para contener el flujo de personas que llegan, en su mayoría, desde el sur de África.