Ni la contundente frase de Obama al señalar que si viajó a La Habana fue para enterrar los vestigios de la Guerra Fría ni las cita en español del poema de José Martí Cultivo una rosa blanca conmovieron a la dirigencia, que creció escuchando las consignas revolucionarias y antiestadounidenses del poeta y héroe nacional.
En cambio, esas mismas palabras, que coronaron el discurso elaborado y muy medular que pronunció Obama, hicieron mella en la población, que elogiaba en las calles el discurso del mandatario y su inteligencia, que lo llevó a ser el primer presidente negro en un país que aún tiene problemas con la segregación racial.
Nosotros construimos el futuro desde nuestra historia, principios y valores, afirmó en su portada el diario oficial Juventud Rebelde, que desplegó en el interior opiniones de miembros de la sociedad civil que marcan los reparos que genera en el gobierno de Raúl Castro el descongelamiento de las relaciones con Washington.