El periodista Diego Cabot, líder de la investigación de los cuadernos, destacó que la gente no pudo comprender fácilmente la magnitud del esquema.
El periodista Diego Cabot, líder de la investigación conocida como los "cuadernos", reveló que la megacausa de corrupción que expuso una trama de sobornos a gran escala en el gobierno de Cristina Kirchner se originó con la entrega de los cuadernos de anotaciones por parte del chofer Oscar Centeno, destacando que la evidencia de los bolsos con millones de dólares era tan "primitiva" y concreta que la gente pudo comprender fácilmente la magnitud del esquema, a pesar de la intensa hostilidad y persecución que él y su equipo enfrentaron para intentar desacreditar su trabajo.
Cabot relató por Radio Rivadavia, que la causa "empezó literalmente con los famosos cuadernos". El material llegó a sus manos a través de un conocido de Centeno. El chofer, al ver a sus jefes presos en la causa de gas licuado y ante una circunstancia personal con su exmujer, tuvo "mucho temor de que lo allanen y se lleven sus cuadernos", por lo que se los entregó a un amigo, y este, a su vez, a Cabot.
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Tras recibir los cuadernos, el equipo periodístico se abocó a un "riguroso proceso de chequeo periodístico" para verificar la "verosimilitud" de los datos. Cabot describe el trabajo como "bastante artesanal": construir una base de datos, reescribir todo y comenzar a extraer la información que se pudiese chequear. Menciona ejemplos del tipo de verificación que realizaron: "podríamos saber o podíamos buscar si el licenciado viajó o no viajó" o constatar con los registros públicos de Olivos si las personas mencionadas habían ingresado a la Quinta Presidencial.
El periodista subrayó que la evidencia de los "bolsos con millones de dólares" era tan "primitiva" y concreta que la gente pudo comprender fácilmente la magnitud de la corrupción. "La cosa tan primitiva de llevar el bolso para a buscarlo esa recaudación lo hizo como como muy imaginable", señaló.
Cabot también compartió la intensa hostilidad y persecución que enfrentó para intentar desacreditar su trabajo. "fueron momentos de de de muchísima intensidad y te digo de mucha mayor soledad", afirmó.
El asedio provino tanto del ámbito político como de "varios empresarios que fueron muy beligerantes". El periodista relata que lo que hicieron fue ir por "mucha violencia judicial": "no te olvides que intentaron abrir mi teléfono varias veces", pidieron las cámaras de seguridad del municipio donde estaba ubicado el diario para saber dónde se movía, e intentaron hacer pericias sobre si él había tocado o no los cuadernos, incluso armando una "causa paralela" para desacreditar la principal, una estrategia común en el derecho penal.
Ante la agresividad, Cabot no cedió. En un encuentro que mantuvo con un empresario en un lugar que solía ser un "punto de entrega" de coimas, y al interrogarlo sobre sus movimientos, el empresario le dijo que en su barrio "al que canta le dicen buchón y yo no soy ningún buchón". Cabot le respondió: "Buenos Aires está lleno de barrios lleno de buchones que me van a contar todo lo que hiciste".
La persecución incluyó situaciones de inseguridad. Durante el gobierno de Alberto Fernández, y poco después de la asunción, "me robaron tres veces en un mes", además de persecuciones y amenazas que persisten "hasta el día de hoy" por diversas vías.
LA MAGNITUD DE LA INVESTIGACIÓN Y LAS CAUTELAS Consultado sobre si al recibir los cuadernos se imaginó que estaba ante el "Lavallato argentino", Cabot respondió: "sí sí y no". Confesó que al principio sentía que "podía ser un tremendo caso o puede ser nada". Sin embargo, a medida que la información se confirmó, y ante la "certeza del dato" y la "congruencia" de la información, comenzó a tener conciencia de que "podía hacer algo muy muy grande".
Su cautela fue tal que no publicó la información de inmediato. "no lo publiqué, pensa eso, lo publicamos todos los medios al mismo tiempo", recordó, explicando que su hipótesis de trabajo fue que la documentación "está hecho para extorsionar", y que él podría ser un "vehículo" de esa extorsión si revelaba la fuente o publicaba antes de tiempo.
Cabot considera que el factor que impidió que la causa fuera desarticulada fue la sorpresa, ya que no les dio tiempo a los involucrados, un grupo con "muchos reflejos, mucho dinero y poco una vara de estúpulo relativamente baja", a "armar cont", "escavar trincheras" o "formar anticuerpos".
LA PALABRA DE LA EXPRESIDENTA Respecto a las declaraciones de Cristina Kirchner que califican a la causa como "la causa de las fotocopias", Cabot manifestó que la palabra de la expresidenta lo tiene "bastante sin cuidado", ya que ella lo agredió de una manera "muy violenta". Recordó que en un escrito firmado en la causa ella dijo que él había armado un "grupo de tareas" para este trabajo, y que un abogado de su entonces gobierno pidió que lo metieran preso.
A pesar de la "enorme beligerancia" contra la causa durante años para tratar de desarmarla, la investigación ha demostrado ser relativamente sólida. Incluso la estrategia judicial de los empresarios de alegar que los pagos eran "aportes de campaña" terminó por confirmar el trabajo periodístico, dado que hasta esa figura "tiene dentro de su... de sus condiciones que efectivamente sí es un pago".
FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS