Caputo mete un truco en la banda cambiaria y se ilusiona con comprar dólares acolchonados

La recompra de deuda es clave para que el Gobierno de Javier Milei para comprar divisas sin llegar al piso de flotación y pueda ir recomponiendo las reservas.

La banda superior del dólar mayorista hoy se encuentra en $1495.03 y, transcurrida la cuarta jornada poselectoral la cotización se le alejó 11,/% si bien aún se encuentra 34,5% encima del piso. Pero como al Gobierno de Javier Milei le está yendo bien con el canje de deuda, dispondrá de margen monetario para aplicarlo a la compra de divisas en el Mercado Libre de Cambios (MLC) teniendo el techo del precio como referencia.

Los proveedores de moneda norteamericana son las empresas, que necesitan pesificar ahora carteras que habían dolarizado por la incertidumbre, y también “colchoneros” de los que atesoran us$245.311 millones (datos oficiales del primer semestre), que entrarán en un nuevo ciclo de carry trade para aprovechar las tasas bancarias antes que bajen del 30/40% anual.

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La banda inferior, indicativa de la flotación, marca que el BCRA debe “gatillar” la compra de dólares para que no bajen de ese nivel, de hecho aunque ya salió de los radares del mercado.

RIESGO PAÍS La caída del riesgo país hasta los 676 puntos, menos de la mitad de donde estaba antes de las elecciones, abre las puertas a capitales externos especulativos, que incrementarán la oferta de dólares, a la vez que activarán la recompra de títulos de la deuda, que aún pagan 10% anual. Desde que las urnas disiparon las dudas sobre la continuidad de la política económica administrada por el ministro Luis Caputo, el dólar bajó primero, recompuso parte luego y ahora se encamina a abordar un período en el cual la demanda de reservas por parte del Banco Central asegurará un tránsito desde las manos privadas a las públicas.

De modo que su evolución estará cada vez más lejos de acercarse al mínimo de $935,82 y mucho más aún de perforarlo.

La última venta que había hecho el Tesoro de EEUU en la plaza cambiaria local databa de fines de setiembre, cuando tiró sobre la mesa US$ 2.100 millones para enfriarlo de las tensiones preelectorales.

HASTA ACÁ LLEGÓ MI AMOR Versiones creíbles señalan que "hasta ahí llegó el amor" por las apuestas de Scott Bessent y que, en más, sólo se hablará de inversiones, de geopolítica o cualquier otro tema que no sea de salvatajes a las reservas del Banco Central.

La caja de dólares sufre la pulseada preelectoral que llevó al Gobierno de Javier Milei a quemar las naves con el estímulo a los agroexportadores para que adelantaran la liquidación de las divisas de la cosecha y es dinero que ahora falta.

El Tesoro norteamericano se le plantó y ahora deberá arreglárselas con las obligaciones de deuda que caen en el calendario de pagos. Aun así, el mercado recibió la señal del ministro Luis Caputo de que, contra lo que se le pide, continuará con las bandas cambiarias, cuando el Banco Central ofreció un canje con tres bonos dollar linked por un total estimado de US$ 3.300 millones de valor nominal para rescatar de manos de inversores privados los D31O5 por US$ 3.231 millones.

La decisión de persistir con las bandas repitió la adoptada al ser flexibilizado el cepo en abril aunque entonces introdujo cambios defensivos en la política monetaria que hacen pensar en que el margen para pilotear esta etapa de recomposición del poder permitiría meter mano en la estrategia con los pesos.

EL PRESUPUESTO COMO FARO El vicepresidente del Banco Central (BCRA), Vladimir Werning, planteó hace dos semanas en Washington que la demanda de pesos está deprimida, producto del apetito dolarizador en la previa a las elecciones, pero que, en tanto la actividad se reactive, podría retornar la compra de reservas en 2026 sin necesidad de esterilizar esa liquidez que genere. Al dejarse atrás la emisión para financiar el déficit (como ocurría en la anterior gestión), ello implica ajustar el "dinero interno tradicional".

Sobre este punto aseguran que la limitación llega a través de un presupuesto equilibrado.

En cuanto al dinero "alternativo", que implica bajar la deuda en pesos, o el denominado “punto Anker”, también concluyen en que está agotado.

La programación monetaria sirve para calibrar la proporción de dinero interno y externo que financia una remonetización proyectada en moneda nacional", describió Werning en la presentación.

Aseguró que las compras de reservas no esterilizadas podrían proporcionar un mecanismo de remonetización.

Los que se dedican a contar costillas dentro del Banco Central aseguran que hasta fin de año resta enfrentar vencimientos de deuda en dólares por más de US$2.000 millones, está unos US$8.500 millones por debajo del nivel pactado con el FMI.

Argentina tiene actualmente una posición negativa cercana a los US$11.000 millones, igual que al comienzo de la Administración Milei.

FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS

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