La icónica actriz falleció en septiembre de 2024, tras 50 años de pareja con el intérprete que hoy la rememora desde el amor y la emoción.
Selva Alemán y Arturo Puig, la unión de los nombres que parecía no despegarse nunca tras 50 años de pareja, hoy lo encuentra al artista en un dulce y emotivo recuerdo de su amada que falleció en septiembre de 2024, aunque Puig se lamentó de “no haber hecho más cosas” a su lado, también reveló que no puede dormir del otro extremo de la cama y que la intérprete le había dicho que “se quería ir primero”.
En principio, el actor señaló esta tarde: “Vivíamos con Selva en una casa muy grande, la vendí, compré un departamento y, sinceramente, ayer recién puse las lámparas. Poner una casa es todo un tema ¡Y cerrar aquella! que vivimos muchos años y está llena de recuerdos”.
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Respecto a la transición de la mudanza, agradeció: “En el proceso, mis hijos me acompañaron mucho. Jimena se encargó de la ropa porque ella, además, se dedica a hacer desfiles y se ocupó del vestuario que en parte se vendió y otras se llevaron. No sé”.
Como un cable a tierra, recordó su participación en “Envidiosa”: “La serie fue un trabajo muy intenso, pero muy lindo. En ese momento, todavía vivía en la casa. Me llamaron y agradezco infinitamente a quienes se comunicaron para hacer teatro, pero todavía no estaba preparado”.
El intérprete, que ahora está confirmado para una nueva temporada de “El encargado”, reveló que tuvo diálogos sobre la muerte con su entonces pareja, aunque fueron “muy por encima” y sostuvo: “Selva me decía que se quería ir primero”.
Asimismo, no dejó de lado las diferencias en las costumbres diarias: “Yo dormía de un lado de la cama y ella del otro, ahora no puedo ir a donde dormía ella, sigo en mi lugar. Los nietos son divinos, estaban muy pegados con ella, era el centro de la familia porque organizaba todo”.
“Ahora que no está, me doy cuenta de las cosas que ella hacía, que yo tendría que haber hecho y no hice cuando estaba ella. En la ausencia la valoro mucho más, es tremendo”, añadió en línea con cuestiones de rutina.
“Mis días son raros. La extraño mucho. A veces me parece que está. Ahora me ocupo de una serie de cosas que antes, no tenía la menor idea, como ir a hacer las compras porque abro la heladera y veo que no hay nada, o bien pagar las cuentas que soy un desastre tecnológicamente”, continuó.
Por último, se refirió a sus amigos como un sostén: “Prácticamente, no viví solo. Ahora, me llaman todo el tiempo para saber cómo estoy. El otro día fui a ver Rocky y me encantó. Me llaman mucho para ir a comer, teníamos una comida con Alberto Martín, que lamentablemente se fue, también estaban en los almuerzos Pablo Alarcón, Germán Kraus, Antonio Grimau y yo”.
FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS