La crisis de gobierno en Francia y sus probables vías de salida

La agitación política en Francia no da señales de calmarse.

La agitación política en Francia no da señales de calmarse ya que, desde la renuncia del primer ministro Sébastien Lecornu el último lunes, menos de un mes después de asumir el cargo y a apenas 24 horas de haber formado su gabinete, significó una crisis para el gobierno del presidente Emmanuel Macron.

A petición de Macron, Lecornu continúa participando en las “negociaciones finales” y, en una entrevista televisada el miércoles, afirmó que se esperaba el nombramiento de un nuevo primer ministro en 48 horas, el octavo en los dos mandatos presidenciales del mencionado titular del Ejecutivo. Los analistas afirman que esta última convulsión pone de relieve la fragilidad del sistema político francés, donde ningún bloque cuenta con una mayoría parlamentaria.

Con las elecciones presidenciales de 2027 acercándose y la polarización agravándose, la “era post-Macron” ya se perfila en medio de interrogantes sobre cómo el país puede salir de su estancamiento político, indica un informe de la agencia de noticias Xinhua.

El Palacio del Elíseo anunció el miércoles por la noche que Macron podría nombrar a un nuevo primer ministro en dos días mientras que Lecornu declaró al canal de televisión France 2 que, a pesar de las diferentes condiciones de las distintas partes durante las negociaciones, “es posible avanzar”, ya que muchas fuerzas políticas aún buscan la estabilidad.

También afirmó que la probabilidad de que Macron disuelva la Asamblea Nacional y convoque elecciones anticipadas parecía estar disminuyendo.

Sin embargo, los principales partidos de la oposición, la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) y la izquierdista La Francia Insumisa (LFI), se negaron a participar en las conversaciones.

La líder de RN, Marine Le Pen, prometió “bloquear cualquier gobierno” y “votar en contra de todo”, mientras que Jean-Luc Mélenchon, de LFI, reiteró su exigencia de elecciones presidenciales inmediatas.

Si Macron evita disolver el parlamento, deberá nombrar un nuevo primer ministro, una maniobra política arriesgada.

Quien asuma el cargo probablemente se enfrentará al mismo estancamiento que provocó la caída de Lecornu y sus predecesores, Michel Barnier y François Bayrou, ambos destituidos por las votaciones parlamentarias.

Desde las elecciones legislativas de 2022, la coalición centrista de Macron gobernó sin mayoría absoluta, a menudo recurriendo al partido conservador Les Republicains (LR) para aprobar leyes, lo que deja a cualquier gobierno frágil y vulnerable al colapso.

Lecornu se negó a decir si su sucesor provendría de la izquierda o sería un tecnócrata políticamente neutral.

Algunos observadores estiman que Macron podría optar por una figura moderada o apartidista capaz de aliviar las tensiones entre los partidos.

Los expertos afirman que la rotación de primeros ministros y las recurrentes protestas callejeras revelan dos desafíos persistentes: profundas divisiones partidistas y un crecimiento económico lento.

En su discurso de renuncia, Lecornu atribuyó el estancamiento a la negativa de los partidos a negociar la reforma de las pensiones, un tema álgido que ha dividido al parlamento y a la opinión pública.

Añadió que algunos líderes políticos ya se están posicionando para la carrera presidencial de 2027.Priorizando las ganancias partidistas sobre los intereses nacionales. Paul Taylor, investigador visitante sénior del European Policy Centre, señaló que los bloques parlamentarios franceses siguen divididos en materia de pensiones, presupuestos e inmigración. “La gobernabilidad de Francia está en declive”, declaró Jean-François Robin, director global de investigación del banco francés Natixis CIB.

La decisión de Macron de convocar elecciones parlamentarias anticipadas en 2024 ha fragmentado aún más el parlamento, provocando repetidos colapsos gubernamentales y una casi parálisis en la formulación de políticas.

Mientras tanto, el débil crecimiento puso a prueba el sistema de bienestar social francés. Las reformas de las pensiones y el borrador del presupuesto para 2026, ambos destinados a frenar el gasto, alimentaron las tensiones entre los bandos políticos. The Wall Street Journal observó que los problemas más profundos de Francia residen en un “presupuesto inflado y una economía anémica”, advirtiendo que es improbable que incluso una nueva legislatura resuelva estos problemas estructurales.

Los datos oficiales muestran que la deuda pública de Francia alcanzó los 3.345,8 billones de euros (unos 3.872,7 billones de dólares estadounidenses), o el 114 por ciento de su producto interior bruto (PIB), al final del primer trimestre de 2025.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proyecta que el crecimiento del PIB en Francia se desacelerará al 0,6 % en 2025.

Las encuestas de opinión sugieren que la confianza pública en Macron se erosionó drásticamente.

Como el presidente no puede buscar un tercer mandato en 2027, las fuerzas políticas ya están maniobrando para la era post-Macron.

A la izquierda, el LFI pidió repetidamente la dimisión de Macron, mientras que el Partido Socialista (PS) y Les Verts abogan por la formación de un gobierno de coalición liderado por un primer ministro de izquierda.

La figura centrista y ex primer ministro Edouard Philippe argumentó que solo una elección presidencial anticipada podría romper el impasse, instando a Macron a dimitir después de que se apruebe el presupuesto del próximo año.

Philippe anunció su propia candidatura presidencial el año pasado.

En la derecha, el líder de LR, Bruno Retailleau, descartó unirse a cualquier coalición liderada por un primer ministro de izquierdas o afín a Macron.

Mientras tanto, Marine Le Pen, tres veces candidata presidencial de extrema derecha, ya lanzó su campaña, según informes de prensa.

PREOCUPACIÓN EN TODA EUROPA La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, destacó la importancia de mantener la credibilidad fiscal de Francia. “Una Francia estable es crucial para Europa”, declaró el portavoz del gobierno alemán, Stefan Kornelius, al ser preguntado sobre la situación.

FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS

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