El director ejecutivo de Poder Ciudadano, Pablo Secchi, advirtió que este escándalo representa un desafío político serio para el oficialismo.
El director ejecutivo de la fundación apartidaria Poder Ciudadano, Pablo Secchi, cuestionó la actitud del presidente Javier Milei al relativizar el escándalo que involucra a exfuncionarios de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). Y explicó los motivos por los cuales la ONG Capítulo Argentino de Transparencia Internacional (TI) decidió presentarse como querellante en la causa que investiga el presunto cobro de sobornos a droguerías en la compra de medicamentos. La organización busca garantizar el seguimiento de una investigación que, asegura, tiene una relevancia pública de primer orden. “Desde 2019 empezamos a presentarnos en causas muy específicas, de mucha trascendencia pública, para aportar pedidos de prueba y estar presentes en los interrogatorios. Seleccionamos algunos expedientes puntuales: el caso de ‘Chocolate’ Rigau, la causa de los seguros, la de los planes sociales, y ahora vimos que esta puede ser una causa muy relevante. Nos pareció importante que haya una organización de la sociedad civil siguiendo bien de cerca lo que pasa”, sostuvo Secchi.
El referente de Transparencia Internacional advirtió en diálogo con Radio Rivadavia, que este escándalo representa un desafío político serio para el oficialismo. “Tuvo un impacto público muy grande, especialmente porque el gobierno venía con su principal arma de batalla contra el kirchnerismo: la corrupción. Su carta de diferenciación era decir ‘somos distintos, tenemos la ficha limpia, no somos casta’. Bueno, aparece un caso con audios y pruebas, y eso golpea directamente su discurso”.
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En ese sentido, Secchi cuestionó la actitud del propio presidente al relativizar la causa. “El Presidente dijo que se trataba de audios hechos con inteligencia artificial, pero en la investigación nunca se habló de eso. No sabemos si fue un acto de campaña o si tiene información que no conocen ni el juez ni las partes. Es bastante extraño. Y a esto se suma una pregunta inevitable: ¿por qué el gobierno nunca denunció a Spagnolo? Hay cosas que deberían responder”, remarcó.
Sobre el trasfondo social del tema, el director de Poder Ciudadano planteó una mirada crítica: “La pregunta no es si la corrupción le sigue importando a la gente, sino si alguna vez le importó de verdad. Muchas veces la corrupción en Argentina se usa para pegarle al político que no nos gusta. Cuando el de enfrente es corrupto, nos indignamos. Cuando los propios lo son, buscamos justificarlo diciendo que ‘todos hacen lo mismo’ o que ‘no hay otra forma de gobernar’”.
Para Secchi, la indignación suele ser selectiva y marcada por intereses políticos y mediáticos. “Vemos a sectores que hoy están escandalizados, cuando durante años justificaron a Cristina. Y también a medios que antes amplificaban los casos y ahora relativizan. La corrupción, en definitiva, se utiliza más como un arma política que como una preocupación genuina y constante de la sociedad”, sentenció.
FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS