Crónica de otra noche salvaje de la Conmebol con violencia barrabrava, ausencia policial y sin responsables

Independiente volvió a ser rehén de la política nacional.

Independiente volvió a quedar como rehén de la política nacional y vivió una noche de salvajismo explicito en su casa gracias a la inoperancia de la dirigencia encabezada por Néstor Grindetti, el desinterés por el hincha por parte de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y la ausencia de la Policía de la provincia de Buenos Aires ante más de 1500 violentos hinchas de la Universidad de Chile.

Lo del miércoles por la noche en el estadio Libertadores de América - Ricardo Enrique Bochini podría tranquilamente encajar en la reconocida serie argentina “El Marginal”. No fue una pelea entre dos hinchadas y/o barrabravas, lo que se vivió en Avellaneda fue comparable a un motín carcelario pero con civiles de por medio y televisado para todo el mundo.

No es algo menor la diferenciación entre “pelea barrabrava” y “motín carcelario” ya que hay diferentes códigos en cuanto a las grescas y, al menos en el mundo barrabrava, está absolutamente mal visto el denigrar al rival y pegarle a uno entre diez como hizo la de Independiente, integrada (o tomada) por barrabravas de Barracas Central y de clubes del ascenso de la zona sur del Gran Buenos Aires, exiliados de la de Huracán por vender droga en la tribuna del ´Globo´ y delincuentes que se mueven en la Villa 21.

Dicho en jerga criolla, la hinchada de Independiente es un rejunte de “tumberos” y el ambiente espeso que se ve cada fin de semana en la popular Norte Baja puede definirse como “jíbaro”. Volvieron a verse robos descaradamente, venta de droga y una resistencia del socio civil ante estos delincuentes que tomaron el mando de la tribuna hace cuatro años cuando se detuvo a Pablo ´Bebote´ Álvarez en 2017.

Estos manejos de la actual barra brava de Independiente los saben en los que transitan domingo tras domingo el estadio Libertadores de América, solo ellos. Ahora bien, imagine que toda una cancha los incite a delinquir como hizo la gente del ´Rojo´ el miércoles ante los otros delincuentes, los chilenos, que se ubicaban en la tribuna Sur Alta.

Claramente, fueron con ese aval a cometer una barbarie, un hecho que nunca se vivió en la tribuna de Independiente o si sí tenemos en cuenta el trágico antecedente del asesinato del hincha de Boca, Adrián Scaserra, en abril de 1985 a manos de la policía en la vieja Doble Visera.

Pero, más allá del accionar delictivo de la barra brava en la lamentable noche de miércoles, acá hay claros responsables aunque la culpa se la sigan pateando con tal de no quedar manchados a menos de quince días de las elecciones de medio termino en la Provincia de Buenos Aires.

Otra vez, por vez mil desde las elecciones del 2 de octubre de 2022, la actual gestión de Independiente comandada por el presidente que heredó el cargo, Néstor Grindetti, y sus secuaces denominados el “Grupo Champagne”, integrado por empresarios y políticos nacionales como Cristian Ritondo, ex ministro de seguridad de la Provincia de Buenos Aires que estaba presente en el estadio y no se dio cuenta la barbarie que estaban generando los chilenos.

Grindetti, una persona que siempre se encargó de aclarar su desinterés por hacerse cargo de la presidencia, situación que le apareció en medio de su campaña para ser Gobernador de la Provincia de Buenos Aires en 2023 y momento en el que había asegurado que era “más importante sacar a Kicillof de la gobernación que a Independiente de la zona de descenso”.

Un presidente que, a los seis meses del inició de la gestión de Unidad Independiente, mandó a la policía a reprimir salvajemente a sus propios socios en el playón trasero de la tribuna Erico tras las protestas de los hinchas en medio de la lucha por la permanencia.

El constante fracaso deportivo y el deterioro económico que generó esta gestión es incalculable pero el verano del primer semestre lo hizo sobrevivir un tiempo sin insultos. Sin embargo, esta dirigencia en su totalidad, selló su acta de defunción el miércoles y la gente se lo hizo saber con unísonos canticos contra Grindetti y el famoso “Grupo Champagne” que están dentro de Independiente hace más de 20 años. A poco más de un año para las elecciones en el club, la propia inoperancia hizo que se caven su propia tumba en un ambiente hostil que le marcó que el ciclo se terminó.

No dejemos de lado lo sucedido el miércoles, un escenario totalmente evitable pero que, con su desinterés e inoperancia, la dirigencia de Independiente y la Policía de la provincia de Buenos Aires se encargaron de que se dé sin ningún tipo de problema.

Independiente sacó las rejas de contención de la tribuna Sur alta hace cinco años aproximadamente e instaló unas barandas cortas cual vallas que no llegan al pecho de una persona de estatura promedio. Esto lo hizo a sabiendas de que en Argentina se juega sin visitantes pero sin pensar en competencias internacionales.

A mitad de 2022, el ´Rojo´ recibió a Ceará de Brasil por Copa Sudamericana y no sucedieron inconvenientes. Si bien era un público mucho menor al de la Universidad de Chile, los de Avellaneda quedaron eliminados aquella noche y no hubo problemas.

Ahora bien, hace más de dos meses que la dirigencia de Independiente sabe que había altísimas chances de recibir a la Universidad de Chile, el segundo equipo más convocante de aquel país y de los más importantes del continente.

Pero eso no sería un problema ya que es parte del fútbol y vitalizaría el deporte, sino que el quis de la cuestión pasa por los antecedentes que presentaban “Los de Abajo”, la barra brava de la “U”. En su última visita a Argentina para enfrentar a Estudiantes, saquearon todo tipo de locales en el centro de La Plata, le robaron a gente y generaron incidentes en los ingresos.

Además, el domingo pasado por el Campeonato de Primera División de Chile, el equipo azul recibió al Audax Italiano y su hinchada no pudo ingresar los elementos de percusión. A raíz de esto y en modo de protesta, lanzaron pirotecnia al campo de juego y casi hieren a su arquero Gabriel Castellón.

Todo este coctel de alto voltaje que presentaban los chilenos era suficiente para que Independiente avance en la colocación de una nueva red de contención y refuerce la seguridad privada y/o la presencia policial en los ingresos de la tribuna visitante.

Hasta la Conmebol le recomendó a Independiente que no venda entradas locales para la tribuna Sur baja, abajo de los hinchas de la Universidad de Chile y la inhabilite o se la venda a la gente chilena. Pero la dirigencia hizo caso omiso y entregó a su gente a la barbarie iniciada por “Los de Abajo”.

Otro gran responsable, además de la barra brava y de la dirigencia, es la salvaje hinchada de la Universidad de Chile. Sin lugar a duda, los que iniciaron todo el desmadre que se vivió en Avellaneda.

Desde el minuto cero del partido prendiendo fuego butacas, tirándolas a la gente de Independiente al igual que bolsas de orina, materia fecal, agua y hasta un inodoro entero y una bomba de estruendo que fue lo que detonó todo el desmán.

Una hinchada, la más salvaje que se vio en Bochini y Alsina en 97 años de vida que tiene el estadio, que llegó a Buenos Aires con la intención de hacer actos vandálicos y lastimar gente hasta suspender el partido.

Varios hinchas de Independiente tuvieron que ser atendidos por los socorristas debido a las agresiones de los chilenos que provocaron cortes y lesiones graves. Con muchos rumores dando vuelta de males mayores, es insólito que se tenga que rogar que las agresiones a los hinchas sean lo único que hicieron en su infame visita a Argentina.

Nadie es víctima en la barbarie de Avellaneda, ni chilenos ni argentinos. Si bien en el país trasandino intentan instalar a Independiente como victimario y al argentino de pie como un “asesino”, las imágenes esclarecen que nadie es víctima en esta situación y que ambos deberían pagar con la misma moneda el desastre.

Pero con la Conmebol todo puede pasar, un organismo que vio gente ensangrentada pidiendo asistencia médica y decidió seguir jugando. El mismo ente que llevó una final de Copa Libertadores a Madrid, el mismo que casi genera una tragedia sin precedentes en la final de la Copa América, el mismo que se llena la boca hablando del racismo pero no defiende las salvajes agresiones que sufren los hinchas latinoamericanos.

FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS

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