Después de tensiones internas, el PJ busca superar divisiones y fortalecerse ante el avance libertario.
Tras un cierre de listas marcado por roces, sospechas de vetos y llamados cruzados de último momento, el peronismo bonaerense intenta ordenar la tropa de cara a la elección del 7 de septiembre, que sectores de la alianza Fuerza Patria empiezan a pronosticar como un “balotaje provincial” decidido por apenas un punto.
Pero frente a este escenario de paridad con los libertarios, la pelea por un lugar en las nóminas dejó heridas abiertas en el espacio oficialista. Este resentimiento amenaza con trasladarse a una campaña donde las tensiones entre el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) y La Cámpora podrían fragmentar los esfuerzos, debilitar al peronismo y favorecer el armado libertario.
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En este escenario, fuentes de la mesa chica del gobernador Axel Kicillof indicaron a Noticias Argentinas que persiste una fuerte desconfianza entre los intendentes del PJ y sectores de La Cámpora, a quienes responsabilizan por haber “intentado romper” la unidad en el sprint final del cierre de listas.
“Nosotros fuimos los adultos responsables. Ellos querían que nos quedemos sin lista”, acusaron desde el entorno del gobernador. Según reconstruyen desde La Plata, la candidatura de la vicegobernadora Verónica Magario en la Tercera Sección Electoral fue uno de los puntos más sensibles.
“La testimonial Verónica era inaceptable para ellos, pero Mayra (Mendoza) era muy difícil”, sostuvo la misma fuente sobre la alternativa que proponía el sector que lidera el referente de La Cámpora, Máximo Kirchner, para encabezar la lista. La intendenta de Quilmes era una opción “demasiado partidaria” para la tribu del gobernador; por eso, se impuso la figura de la vicegobernadora bonaerense.
Ese destrabe final, que posibilitó que la figura de la dirigente peronista de La Matanza se impusiera en esa sección clave, fue el resultado –admiten en el MDF– de una conversación entre el referente del Frente Renovador, Sergio Massa, y la expresidenta Cristina Kirchner. Hasta ese punto, Fuerza Patria estaba virtualmente rota.
“Ahí los hacen volver y retomar las negociaciones”, rememoran fuentes que vivieron de cerca la tarde noche en la Gobernación, donde un corte de luz terminó salvando al peronismo ante la Junta Electoral provincial.
Las heridas están frescas, pero la campaña apunta a dejar atrás los resquemores frente a una elección en la que el peronismo se juega su bastión más importante. Una victoria libertaria en la provincia de Buenos Aires sería un golpe muy duro, no solo para el oficialismo provincial, sino también para las aspiraciones de Kicillof de cara a 2027, a quien el camporismo le endilga haber sido el artífice del desdoblamiento.
En este panorama adverso, el gobernador bonaerense podría cargar con todo el peso de una eventual derrota. Por eso, desde su entorno delinearon un plan basado en tres ejes: denunciar el daño del modelo libertario sobre la provincia, mostrar una gestión posible como alternativa, y sostener el reclamo por la “libertad de Cristina Kirchner”.
Hasta los últimos 15 días previos a la veda, la estrategia combinará “mucha gestión” con actividades semanales en el conurbano y el interior. “La idea es hacer todas las semanas actividades en la Primera Sección y en la Tercera, e ir un día al interior”, remarcaron fuentes del armado proselitista del gobernador.
Pasada esa instancia, llegará el tramo político, con actos de arenga y despliegue territorial. El objetivo es evitar fugas internas que puedan poner en riesgo una elección que imaginan “punto a punto” con el mileísmo.
FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS