Un experto advierte que se frenó la acumulación de reservas. El Gobierno debe elegir entre subir tasas, devaluar o aguantar con el dólar hasta las elecciones.
Aunque el acuerdo con el FMI dio alivio inicial, la acumulación de divisas se desacelera por el déficit en cuenta corriente y la mayor demanda de dólares por parte de privados, advirtió un experto en finanzas.
"Si bien el rápido desembolso de USD 12.000 millones fortaleció transitoriamente las reservas del Banco Central, la acumulación no avanza según las metas estipuladas”, advirtió Gustavo Araujo, Head of Research de la empresa de servicios financieros Criteria.
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En diálogo con la Noticias Argentinas, Araujo sostuvo que estos datos “reflejan que la actual administración continúa priorizando la estrategia de desinflación de cara a los comicios de octubre, con el tipo de cambio como principal ancla nominal”.
Y advirtió que “comienzan a evidenciarse tensiones en los flujos de divisas: la cuenta corriente consolida su saldo negativo y se observa una mayor demanda de dólares por parte de personas físicas, tanto para atesoramiento como para turismo”.
Sobre este telón de fondo, emergen ciertos factores de corto plazo que aportan volatilidad adicional al frente cambiario.
Por un lado, la finalización de la ventana de baja de retenciones al sector agropecuario, tras un período de liquidación récord de oleaginosas que debería agotarse hacia finales de mes, y podría poner un freno a la oferta de divisas recibida durante este lapso en el MLC.
Por otro lado, Araujo dijo que, “en el plano político, el calendario electoral introduce un nuevo foco de incertidumbre sobre el frente cambiario”.
El experto consideró que “una posible respuesta a esta situación es la vuelta al financiamiento del Tesoro en los mercados internacionales”.
El especialista en finanzas dijo que el Gobierno “busca evitar una devaluación y se apoya en tasas reales positivas y emisiones externas como el BONTE 2030, aunque el mercado impone condiciones exigentes”.
En este contexto volátil, se favorecen instrumentos CER de corto plazo y bonos duales, “como resguardo frente a la inflación y posibles cambios de escenario”.
Araujo dijo que "se vuelve primordial contar con una prima de riesgo en torno a 400 bps -actualmente por encima de los 700 puntos-, que permita volver a colocar deuda, refinanciar vencimientos y reducir así la dependencia de las reservas al momento de afrontar obligaciones”.
En esa línea, consideró que “la colocación del BONTE 2030 representó un avance, ya que se captaron USD 1.500 millones”.
Pero llamó la atención sobre la tasa de interés alta que pagó la Argentina para concretar la operación: “Si bien fue una operación positiva en términos de volumen, el pricing reflejó que el mercado aún no está dispuesto a tomar duration sin una prima considerable”, explicó.
En este sentido, no es evidente que esta herramienta sirva para recomponer reservas, sino que más bien pone de manifiesto que el fondeo en pesos sigue condicionado a ofrecer tasas reales exigentes.
De este modo, sostuvo que “el escenario de tasas reales positivas se consolida como la segunda vía posible para recomponer el equilibrio externo”.
“El canal de transmisión es directo: una tasa real elevada mejora el atractivo del carry trade en pesos, incentiva el posicionamiento en instrumentos de corto plazo, encarece el crédito y enfría la actividad”, indicó Araujo.
Y sostuvo que “la menor dinámica de consumo e inversión reduce la demanda de importaciones, lo que descomprime la cuenta corriente y, en simultáneo, ayuda a contener la inflación”.
En este marco, ponderó que “el tipo de cambio tiende a apreciarse en términos reales, lo que refuerza el proceso desinflacionario”.
Como punto desfavorable, señaló que “el esquema impone un límite claro a la recuperación del nivel de actividad”.
QUÉ PODRÍA PASAR SI EL GOBIERNO DEVALUARA.
Araujo sostuvo que “una tercera alternativa consiste en convalidar un mayor deslizamiento cambiario para acelerar el ajuste externo. Un tipo de cambio más alto ayudaría a moderar la cuenta corriente, pero a costa de una mayor transmisión a precios, con un impacto inflacionario difícil de gestionar en un año electoral”.
“Creemos que este es un escenario que se buscará evitar a toda costa", dijo el experto de la empresa de asesoramiento financiero Criteria.
Frente a este conjunto de posibles escenarios, dijo que “el posicionamiento de cartera se orienta a preservar valor real y mantener cobertura ante los diferentes entornos posibles”: * Por un lado, de prevalecer la estrategia de desinflación bajo un escenario con cierta volatilidad por el período electoral, consideramos que el tramo corto de la curva CER, mediante los instrumentos TZXO5 o el TZXD5, presenta un mejor retorno con respecto a la tasa fija, ya que la inflación ‘breakeven’ (esperada por el mercado), que actualmente se ubica en torno a 1,6%/,1,7% mensual, se encuentra por debajo de nuestro escenario base”, señaló el especialista en finanzas.
* Por el otro, indicó que “los bonos ajustados por CER ofrecen cobertura ante la posibilidad de repuntes inflacionarios impulsados por volatilidad cambiaria prelectoral”.
“Manteniendo un horizonte de inversión de mediano/largo plazo y convalidando el escenario de mayores tasas reales, los bonos duales se convierten en el driver de valor, destacándose instrumentos como el TTJ26 o el TTS26”, precisó.
FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS