“Si me veían como un objeto es your problem, yo sé que soy un sujeto”: Moria Casán en exclusiva

La diva argentina se pone en la piel de una mujer trans junto a Jorge Marrale en una obra desopilante: Cuestión de Género.

“La One”, “Lengua Karateka” o Moria representa un símbolo nacional si hablamos de divas, espectáculos arte, por eso, su impronta estuvo presente desde el primer momento: “Cuando entré al teatro, Si me veían como un objeto es your problem, yo sé que soy un sujeto”.

La ex vedette subirá a las tablas nuevamente, tras una exitosa temporada de despedida con “Brujas”, con la obra Cuestión de género. En esta oportunidad se pondrá en la piel de Jade, una mujer trans que le ocultó su identidad de género a su marido durante más de 30 años.

Con dirección de Nelson Valente, junto a Jorge Marrale y con glamour que caracteriza a “La one”, Jade, esta diseñadora elegante y exitosa que causó furor en París, deslumbra Buenos Aires desde el 30 de mayo en el Teatro Metropolitan.

En diálogo con la Agencia Noticias Argentinas, la diva sostuvo que trabajar en el papel de Jade fue cuestión de habitarlo, transicionarlo, quererlo y disfrutarlo” y añadió: “Es una pieza que tiene dulzura, melancolía, te atraviesa, es fuerte, en algunos momentos te puede resultar violenta, de todo”.

En cuanto a la afinidad con la historia, Moria reflexionó:” Siempre fui una trans en cuanto a transgresión. Me transgredí a mí misma el día que entré al teatro y me puse el nombre que hubiera querido mi madre, que es Moria. Toda mi vida fue transgedirme y empecé a habitarme el Moria cuando entré al teatro y me creé mi personaje, me travestí. Entré travestida porque hice de hombre y me desnudé con mi primer traje de Carlitos Chaplín”.

Cuestión de género se estrenó en París en 2022 y desató un verdadero furor por su enfoque provocador sobre las identidades y vínculos lo que la convirtió en uno de los grandes éxitos franceses. Sin embargo, “La One” sostuvo que el formato "Nunca va a ser igual".

Asimismo, Casán rememoró la primera vez que trabajó en un mismo proyecto con su actual coprotagonista, Jorge Marrale: Vidas Robadas. En la tira producida en 2005 por Endemol para América TV, no se cruzaban “ni en una sola escena”. Sin embargo, el trabajo marcó un antes y un después en el mundo del espectáculo.

“Pampita hacía de mi secretaria, estaban Isabel Macedo y Juana Viale que ahí lo conoció a Manguera -Gonzalo Valenzuela con quien tuvo dos hijos-. Ahí, yo era la dueña del prostíbulo y me lo chapaba a él”, rememoró Moria con su lengua karateka.

Noticias Argentinas - ¿Qué tenés en común con tu personaje? Moria Casán - Siento que no tengo mucho que ver con nada. Me hice una carrera pero no (...). Fue muy metafísico porque ¿cómo puede ser que salí de la facultad y debuté el mismo día a la noche en un teatro de revista? Es insólito. Hay gente que está viva que lo pude (...) No es una idea mía.

NA - ¿Cómo fue ese momento? MC - Soy una mujer muy angelada, hay que llegar a un lugar y que todo lo que me probé me quedó bien y debuté a las 20:45 cuando había llegado 19:30. Todo en mi vida fue así y siento que no tengo nada que ver con nadie porque ningún ser humano se monte como lo hice yo en un escenario sin saber que iba a ser como ahora. Todo se dio de una manera insólita y siento que fui elaborando una personalidad.

NA - Te creaste MC - Me hice a mí misma con ayuda del público. Un empresario te puede dar una oportunidad y el público te dice que sí o no. Nunca fui a castings en mi vida. Hice primer año de derecho, romano, político y constitucional. Hay algo mágico. De chiquita, lo único que hacía, que no era un complejo narcisista, era bailar en el espejo, abrazarme, besarlo y llorar en él.

NA - Hubo un fuerte cambio en las miradas de los cuerpos desde que empezaste hasta ahora ¿Cómo ves la lucha feminista en el ámbito artístico? MC - Cuando empecé, el teatro de revistas era para ver mujeres espléndidas. No se nos permitía salir sin maquillaje, si llegaba a tener el cuerpo marcado por tiritas por tomar sol, te echaban del teatro o tenías multas y a la tercera o cuarta se terminaba todo. Las mujeres eran espléndidas, eran para verlas y eran objetos. Cuando entré al teatro, si me veían como un objeto es your problem, yo sé que soy un sujeto.

NA - ¿Y después? MC - Enseguida empecé a trabajar con todos los cómicos que me elegían porque les gustaba mi voz y ahí me di cuenta que todos decían que yo era actriz. Me daban los sketchs y firmaba para hacerlos que ningún cómico iba a usar mis tetas y mi culo para hacer cocificarme. Yo me he puesto en tetas, te muestro el orto, pero vos no jugás con mi orto, vos tenés tus cualidades mi amor, y todos tus recursos artísticos para hacer reír, pero a mí no me usás. Yo fui una feminista no agresiva porque yo amo al hombre, no quiero ir ni adelante, ni atrás, yo quiero ir al lado porque siempre (...) y siempre tuve un hombre.

NA - A lo que apunta en parte el feminismo.

MC - Exactamente, pero un feminismo no agresivo porque una feminista ortodoxa, si un tipo te dice una cosa, le contesta ''No, hijo de puta, a mi no me (...)''. Nunca me sentí cosificada porque nunca permitÍ que se me cosificara. Tuve la fuerza de ser una primera figura porque me lo gané y de firmarlo en el contrato.

NA - Es muy personal ¿Y el entorno que no lo hacía? MC - Y el entorno que no estaba, no existieron. El entorno que solamente mostró el orto y no le importó otra cosa, no existieron más mi amor, decadencia absoluta. Las que no se murieron, se dedicaron a quedar en el pasado de ser bellas y la vida se las llevó puesta. Las mujeres que han sido bellas son una cosa muy terrorífica de ver, pero sin analizarlo físicamente, hablo de la decadencia en todo aspecto. Hablo en general porque a quienes conocí, partieron. Tengo mucha edad mi amor, me faltan dos años para cumplir 80 así que imaginate todo lo que ví.

FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS

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