La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) expresó ayer un fuerte rechazo a la legalización del aborto, ante el inminente envío de un proyecto de ley del gobierno nacional al Congreso, sostuvo que no es lícito eliminar ninguna vida humana y destacó la necesidad de discernir prioridades en un país que tiene altos niveles de pobreza e indigencia. Así se expresó el presidente de la
Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea, al encabezar una masiva celebración eucarística frente a la Basílica Nuestra Señora de Luján, en el marco de la denominada Misa por las mujeres y la vida con que la Iglesia católica conmemoró el Día Internacional de la Mujer, y en la que se pidió que el próximo debate sobre el tema no caiga en la descalificación ni en la estigmatización. Vivimos un tiempo donde es necesario discernir prioridades y no elegir temas que enfrenten a los ciudadanos de a pie de modo tal que esto atente contra la fraternidad
y contra la posibilidad de tener un horizonte común como pueblo. Sin fraternidad no hay pueblo. Si no hay fraternidad siempre habrá buitres dispuestos a rapiñar nuestro país, expresó
Ojea en la homilía de la misa, que se celebró al aire libre. Fue después de señalar que el país atraviesa una situación extremadamente delicada, con altos niveles de pobreza e indigencia,
en donde hay por lo menos 4.400 villas o barrios precarios, en los cuales casi la mitad de sus habitantes son niños, niñas y adolescentes que necesitan alimentarse y nutrirse bien, y muchos no tienen agua potable.