En el aniversario del nacimiento de Jaime Torres (1938-2018), el pasado sábado en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner, fue homenajeado por destacados músicos a través de un concierto con el que se celebró la obra del gran difusor del charango y figura fundamental del folclore.
En la primera parte del espectáculo, se presentó la Suite en concierto para charango y orquesta, que compuso Torres, interpretada por los solistas de la Orquesta Sinfónica Argentina y Nicolás Faes Micheloud y Juan Cruz Torres en charangos solistas, bajo la dirección de Darío Ingignoli.
En la segunda parte llegan se presentaron los artistas invitados Tomás Lipán, Franco Luciani y Milena Salamanca, los hijos de Jaime Torres, Manuela y Juan Cruz Torres, y los músicos que conformaron sus grupos: Goyo Alvarez, Hernán Pagola, Luis Salamanca, Walter Rojas, Nelson Orellana, Mariana Mariñelarena, Lucas Gordillo, Claudia Torres en danzas, y las Bandas de sikuris del Empo y Pura Vida.
Jaime Torres (nació en San Miguel de Tucumán el 21 de septiembre de 1938), fue un eximio charanguista y propulsor de la cultura del noroeste argentino; participó en la versión original de la Misa Criolla, de Ariel Ramírez, y de su primera gira por Europa, en 1967. Tocó en Stuttgart, Dusseldorf, Berlín, Hamburgo, Róterdam y Bruselas.
En 1970 actuó en Washington, invitado por la OEA, y en 1971 regresó a Estados Unidos, sumando las ciudades de Nueva York y Los Angeles. Desde 1975 organizó anualmente en Jujuy el Tantanakuy, un encuentro de instrumentistas andinos no profesionales, y desde 1980 se realiza en el mes de octubre el Tantanakuy infantil, en el que intervienen niños en edad escolar de la zona de la Quebrada y Puna. Figura icónica del folklore y del charango, murió el 24 de diciembre de 2018, dejando como legado una obra formidable.
La Suite en concierto para charango y orquesta, de Jaime Torres, cuenta con orquestación de Gerardo Gandini. La obra que aún permanece inédita, fue estrenada en 1990 en el Teatro Opera de Buenos Aires, con la Camerata Bariloche y con el propio Jaime Torres. Posteriormente este trabajo fue presentado en tres oportunidades en el Teatro Colón, con la Camerata Bariloche y la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, bajo la dirección de Carlos López Puccio.