La Asociación de Protección al Paralítico Cerebral (Appace), recordó que en 1982, la Organización Mundial de la Salud instaló el 23 de marzo como fecha para destacar la necesidad de que las personas con discapacidad tengan acceso a tecnologías eficaces para su diagnóstico y tratamiento.
La rehabilitación es el conjunto de procedimientos multidisciplinarios destinados a que las personas con discapacidad alcancen el mayor potencial físico, psicológico, social, laboral y educacional compatible con sus limitaciones y las medioambientales, indicaron.
Encontramos en esta sociedad, que a las personas les cuesta exteriorizar sus sentimientos, es muy difícil que se den cuenta qué es lo que les va sucediendo por dentro, dijeron y señalaron que así se creó en el Centro de Rehabilitación Integral (CERI) de Apacce, el programa llamado Siente y Baila conformado por los líderes Érica Díaz, instructora de ritmos caribeños y zumba gold, y Ariel Gonzálvez, Lic. en kinesiología y fisioterapia e instructor de ritmos caribeños y zumba gold, que adapta el programa de zumba original para los pacientes de CERI, que son personas con movilidad reducida.
Este programa es un espacio de encuentro donde confluyen pacientes con sus cuidadores y los terapeutas. Es un espacio compartido y recreativo que lleva dos años de implementación, y que se sale de la terapia convencional y estándar de la rehabilitación, logra ser más divertido, con coreografías adaptadas para los pacientes que asisten al servicio y para todo el equipo interdisciplinario de terapeutas, precisaron.
Busca sacar las emociones a través del despertar del cuerpo, expresando con movimientos lo que nos bloquea en la vida cotidiana, usar las técnicas del baile para logra la unión entre la mente, cuerpo y alma, basándose en tres ejes fundamentales que son: técnica de danza, imitación, improvisación - creación. Encontrarnos desde otro lugar, que fluyan las sensaciones y estímulos, utilizando la música como nexo, explicaron.
Señalaron que estudios científicos comprobaron que el baile es salud, hay estímulos a nivel neurológico que permiten que los dolores físicos o del alma se atenúen y nos hace personas más felices y mencionaron que desde el punto de vista científico, el baile contribuye de manera positiva en nuestros pacientes y terapeutas. Aclararon que podemos dar mayor y mejor variabilidad de movimientos y posturas; fomentar la integración del esquema corporal; favorecer la dinámica ventilatoria; favorecer el movimiento activo de cadenas musculares retraídas; estimulación de la memoria; fortalecer el equilibrio y la coordinación y resaltaron que por lo tanto, el baile como instrumento, permite realizar el proceso armónico e integral del movimiento, siendo esta expresión una estrategia valorable combinando la participación de pacientes y del equipo interdisciplinario. Agregaron que se genera un ambiente de distracción donde el participante demuestra que todos pueden bailar, que la música incentiva y ayuda a expresarnos con el cuerpo. Los encuentros se realizan una vez al mes, con temática a elección. Uno de los profesores lo realiza en forma activa, y el otro en silla común o silla de ruedas, para adaptar la actividad a los pacientes con movilidad reducida, logrando un espacio de integración y disfrute, destacaron. Estamos convencidos que este programa ha dado en estos dos resultados físicos y emocionales y seguimos apostando a creer y crecer, y con todo el compromiso que merece esta gran iniciativa y sus participantes, afirmaron.