40 AÑOS DE CARA DE GITANA
Anoche, en el cine teatro Municipal Select se produjo un hecho que invitó a la nostalgia, aquella que está unida a la alegría de un tiempo en el que la música -como ahora- va unida al crecimiento personal. Anoche, Daniel Magal demostró una vez más que el tiempo no tiene tiempo, que su música tiene la carga que hace que los corazones se sigan sintiendo jóvenes y el alma se alegre por ello.
Antes del concierto, en el que contó con invitados como Rescate 80, resaltó que al estar en Jujuy el encuentro sería más de afectos, más de amigos. Esta condición también que se transforme en una reunión agradable en la que hubieron anécdotas entre canción y canción, contando historias de cómo se fueron generando las canciones que lo hicieron protagonistas de una época en que las cosas no eran tan fáciles para los artistas, pero que sin embargo para él marcó el salto internacional de su carrera. Esta proyección se dio con el tema que fue motivo de la convocatoria de anoche: Cara de gitana.
Las canciones son recuerdos, todas tienen que ver con los recuerdos de uno y es ahí donde apuntamos, es lo que nos mantiene vivos también.
Haciendo una proyección de aquel momento del inicio en la carrera de cantor, dijo que lo ve muy diferente a como se comienza ahora, quizás los resortes deban ser similares pero ahora tenemos a disposición lo que antes no teníamos; aún así nos seguimos yendo de los lugares de orígenes por el tema de la masividad, pero tenemos armas distintas, en el buen sentido, como las redes sociales que son magníficas, es entrar en contacto con cualquier lugar del mundo y ofrecer de manera demostrativa un producto bien hecho. Esa es la gran diferencia marcada en los comienzos míos y de otra gente, quizás antes era un poco más sacrificado.
Le consultamos a Daniel si quizás ese hecho de transitar los caminos con más calma, acumulando experiencias sea el motivo de la permanencia de algunos en los escenarios a lo que respondió: creo que si, somos muy pocos los que vamos quedando y que nos encontramos en teatros. En este caso, con la celebración de los 40 años de Cara de gitana, lo relaciono más con el comportamiento artístico, que tiene que ver con lo personal también, que es esta atención de la gente, de conversar, rescatar las ideas de la gente que me ha servido mucho.
Sobre todo los hombres, que llega un tiempo que se desinhiben más que las mujeres las mujeres suelen manifestarse de otra manera pero son los que cuentan las historias más bonitas, y se los digo. Es por eso que tengo muchos conocidos. La trayectoria tiene que ver con eso, con el respeto que uno infunde o el espacio que le das a la gente desde el escenario, el mostrar vivencias comunes con la gente y cuidar los detalles de lo que uno escribe con el ritmo que le pone a las canciones.
Sobre el nacimiento Cara de gitana, que lo catapultó a nivel nacional e internacional, recordó que nace de una manera muy simple, que tienen una cuestión magnética que uno no alcanza a dimensionar ni a conocer la permanencia de una canción tan importante para mi, porque sigue siendo el motor de mi vida por la actividad que tengo todavía. Nace en Santiago del Estero, tocaba la guitarra en Guatambó, tendría 22 años más o menos y aparece esta chica que bailaba con otro, sería su novio, su esposo, nunca supe su historia o su nombre, era muy linda chica. Y el ritmo se conjuga con la letra porque es sencilla y simple. Tiene esa magia. Las canciones no son éxito porque uno quiere, sino por las circunstancias en las que se editan o se conocen, distintas a la intención que uno tiene. Yo pensaba en crear un estilo, no pensaba que iba a ser tan exitoso. El trayecto fue el siguiente: se presentaron cuatro temas a la CBS, Cara de gitana fue elegida tema del año por la discográfica y fue un boom. Desde entonces, Daniel Magal ha recorrido gran parte del mundo, estuvo en escenarios emblemáticos en Estados Unidos y México, su familia es de artistas. Cumplió los sueños de cantar con grandes. Hoy, desde Jujuy, su lugar en el mundo, sigue alegrando con su canto.