La cifra de víctimas fatales por el ataque explosivo a una base yihadista en la localidad siria de Idleb (noroeste) llegó ya a 43, entre ellos 27 civiles, y sigue ascendiendo ayer a medida que los rescatistas remueven los escombros.
De los civiles muertos, 14 son menores de edad. El número de bajas ha ascendido por el hallazgo de nuevos cadáveres, y puede crecer más aún, porque todavía hay desaparecidos y heridos graves, señaló el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), según consigna un despacho de la agencia EFE.
La explosión sacudió el domingo por la noche la sede de un grupo de yihadistas extranjeros y causó grandes daños materiales en un área de la ciudad siria de Idleb, capital de la provincia del mismo nombre, controlada casi totalmente por el yihadista Organismo de Liberación del Levante.
Todavía se desconoce el origen de la explosión, y no se sabe si fue causada por la detonación de un coche bomba o el impacto de un proyectil lanzado desde un avión, indicó el OSDH, una ONG favorable a los opositores armados al gobierno sirio.
La explosión ocurrió el domingo por la noche, cerca de las oficinas que tienen en Idleb los Soldados del Cáucaso, un grupo de yihadistas caucasianos (especialmente chechenos) y rusos, relacionados con el ex Frente al Nusra, antigua rama siria de Al Qaeda.
En un primer momento se informó sobre 23 personas muertas, pero como bajo los escombros había numerosas víctimas y en la zona se habían desatado incendios, el OSDH advirtió de un aumento de la cantidad de víctimas fatales.
La provincia de Idleb es la última que sigue bajo mando de yihadistas extremistas, y en los últimos meses soporta una creciente presión de las fuerzas del gobierno sirio presidido por Bashar al Assad, con apoyo ruso.