El papa Francisco pidió ayer paz para Jerusalén y renovó su reclamo de una coexistencia pacífica de dos Estados para Israel y Palestina, y durante la bendición navideña en el Vaticano recordó a los niños víctimas de las guerras en Siria e Irak y auguró un diálogo sereno en Venezuela.
Vemos a Jesús en los niños de Medio Oriente, que siguen sufriendo por el aumento de las tensiones entre israelíes y palestinos, aseguró el pontífice al dar la bendición Urbi et Orbi (A Roma y el mundo), con la que se dirigió a miles de fieles desde el Vaticano.
En este día de fiesta, invoquemos al Señor pidiendo la paz para Jerusalén y para toda la Tierra Santa; recemos para que entre las partes implicadas prevalezca la voluntad de reanudar el diálogo y se pueda, finalmente, alcanzar una solución negociada que permita la coexistencia pacífica de dos Estados dentro de fronteras acordadas entre ellos y reconocidas a nivel internacional, agregó Jorge Bergoglio.
El reclamo del Papa de este lunes se suma -así- a una lista de intervenciones del propio pontífice y de la Santa Sede en favor de una solución de paz para la región y en contra de la decisión de Estados Unidos, a la que a última hora del domingo se sumó Guatemala, de trasladar su embajada en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén, en contra de las recomendaciones de la comunidad internacional.
Que el Señor sostenga también el esfuerzo de todos aquellos miembros de la Comunidad internacional que, movidos de buena voluntad, desean ayudar a esa tierra martirizada a encontrar, a pesar de los graves obstáculos, la armonía, la justicia y la seguridad que anhelan desde hace tanto tiempo, agregó Francisco en la bendición que impartió en italiano.
Asomado al balcón central de la Basílica de San Pedro, Bergoglio aseguró también: Vemos a Jesús en los rostros de los niños sirios, marcados aún por la guerra que ha ensangrentado ese país en estos años.
Que la amada Siria pueda volver a encontrar el respeto por la dignidad de cada persona, mediante el compromiso unánime de reconstruir el tejido social con independencia de la etnia o religión a la que se pertenezca, reclamó, ladeado por el cardenal argentino Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.
Vemos a Jesús en los niños de Irak, que todavía sigue herido y dividido por las hostilidades que lo han golpeado en los últimos quince años, y en los niños de Yemen, donde existe un conflicto en gran parte olvidado, con graves consecuencias humanitarias para la población que padece el hambre y la propagación de enfermedades, añadió de frente a más de 40.000 personas que llenaron la plaza y la Vía della Conciliazione.
En ese marco, Francisco agregó que vemos a Jesús en los niños de África, especialmente en los que sufren en Sudán del Sur, en Somalia, en Burundi, en la República Democrática del Congo, en la República Centroafricana y en Nigeria.