Al menos 13 personas murieron ayer en dos atentados en Afganistán: siete en un atentado suicida en Kabul, por el que se hizo responsable el grupo yihadista Estado Islámico (EI), y seis en la provincia de Helmand (sur), donde seis policías murieron al estallar una mina, aparentemente instalada por los talibanes.
Un portavoz del ministerio del Interior, Nasrat Rahimi, aseguró que el suicida de Kabul era un adolescente que provocó la muerte de otras seis personas, entre ellas dos integrantes de las fuerzas de seguridad, y cinco heridos, informaron las agencias de noticias DPA y EFE.
El atacante, que iba a pie, detonó el chaleco durante la mañana afgana, cerca de una oficina del Directorio Nacional de Seguridad (NDS) en el céntrico barrio de Shashdarken en Kabul, indicó el portavoz del Ministerio afgano de Interior, Nasrat Rahimi.
En el atentado murieron al menos siete personas, incluido el atacante, y otra resultó herida, aseguró el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Ismail Kawsi.
Sin embargo, el grupo yihadista elevó el número de víctimas mortales a 30.
En su comunicado, el EI señaló que el cuartel atacado es famoso por luchar contra los muyahidines (como se refiere a sus combatientes) y torturarlos.
En un comunicado difundido a través de sus cuentas de Instagram cuya veracidad no pudo ser comprobada, el EI identificó al suicida como Mohsen al Jorasani.
Al parecer el objetivo del ataque eran unas instalaciones del servicio secreto NDS que, según el comunicado del EI, es conocido por las torturas a las que someten allí a los muyahidines (del EI).
A su vez, en la provincia sureña de Helmand un grupo de policías pisó con su vehículo blindado una bomba-trampa de fabricación casera en la carretera en el distrito de Mardsha.
Hubo seis muertos y seis heridos en este ataque, informó un portavoz del Gobierno provincial. Nadie se ha atribuido por el momento el hecho. Los talibanes suelen distribuir por todo el país estas bombas para impedir los movimientos de tropas.
Este año ha habido en Kabul más de 20 grandes atentados con cientos de muertos y heridos. La mayoría fueron reivindicados por los talibanes o el EI.Sin embargo, nadie se ha atribuido el más grave de ellos, cometido en mayo con un camión bomba frente a la embajada alemana, con 150 muertos.
Los investigadores alemanes creen que fue obra de la red Hakkani, estrechamente vinculada con los talibanes.Desde el final de la misión de combate de la OTAN, en enero de 2015, las fuerzas afganas perdieron terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57% del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.