EN MEDIO DE LA CRISIS POR CATALUÑA
Los catalanes que se oponen a la independencia celebraron ayer la Fiesta Nacional de España marchando por Barcelona al grito de ¡soy español!, mientras los reyes presidieron en Madrid el tradicional desfile militar del 12 de octubre en plena tensión y crisis por el desafío secesionista de Cataluña.Miles de ciudadanos se acercaron al Paseo de la Castellana de la capital para participar del habitual acto de exaltación nacionalista y ver desfilar a 4.000 militares acompañados por agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional, las fuerzas que reprimieron a votantes durante el referéndum independentista de Cataluña.
En Barcelona, miles de personas marcharon hacia una plaza del centro de la ciudad ondeando banderas españolas y catalanas, algunas de ellas con su rostro pintado con los colores rojo y amarillo de las banderas tanto de Cataluña como de España y gritando ¡Viva España!.
La nueva manifestación contra la ruptura que se realizó bajo el lema Cataluña sí, España también, fue convocada por la asociación Sociedad Civil Catalana con apoyo del gobernante Partido Popular y del partido Ciudadanos, como ocurrió el domingo pasado, aunque esta vez con mucho menos gente.
Aquella manifestación, inédita y masiva, fue un punto de inflexión que mostró una fractura social en torno al conflicto secesionista catalán, que se encuentra en su punto culmine y de difícil resolución.
La presencia del rey Felipe VI en el desfile de Madrid marcó su primera aparición pública desde su discurso televisado del pasado 3 de octubre en el que denunció la deslealtad inadmisible de los líderes secesionistas catalanas y llamó a los poderes legítimos del Estado a restaurar el orden constitucional.
El monarca, vestido de uniforme de capitán general del Ejército del Aire, llegó a la madrileña plaza de Lima, donde se celebra el acto central, entre gritos de Viva el rey, y Viva la Corona, junto con la reina Letizia. Al acto asistieron también sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Madrid amaneció engalanada, con banderas españolas colgadas del alumbrado público a lo largo de los dos kilómetros de recorrido del desfile, que cambio de emplazamiento volviendo al lugar donde se celebraba hace siete años, que es mucho más amplio y vistoso para el público.
Gritos de Yo soy español, español, Viva el rey, Viva España, Viva la Guardia Civil, Viva la Policía Nacional, acompañaron a su paso a los militares.
El acto, como cada año, destaca por las presencias y ausencias.
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, quien estuvo acompañado por sus ministros, tomó una decisión que marcará el futuro del conflicto con los secesionistas al haber lanzado un ultimátum al presidente catalán, Carles Puigdemont, para que aclare en cinco días si declaró la independencia de Cataluña.
La medida es el paso previo a lo que puede ser una intervención sin precedentes del autogobierno regional, a través del artículo 155 de la Constitución española, que permite adoptar medidas para obligar al cumplimento forzoso de las obligaciones de la región y para proteger el interés general.