Christopher Wray juró ayer como nuevo director del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, en una ceremonia en la que el gran ausente fue el presidente Donald Trump.
Wray tuvo palabras de agradecimiento para el mandatario ausente, quien lo nominó para el puesto, y también para el Senado, que confirmó su nombramiento hace unas semanas.
Su nombramiento llegó tras el polémico despido de su predecesor, James Comey, quien fue relevado del puesto de forma fulminante por el propio Trump en mayo pasado, en lo que muchos interpretaron como un intento de frenar las pesquisas del entonces director del FBI sobre los vínculos entre la campaña del magnate y el gobierno ruso para influir en los comicios presidenciales del año pasado.
Además, según testificó el propio Comey más tarde ante el Senado, Trump le había pedido lealtad en cuanto a las pesquisas rusas y le insinuó que, de lo contrario, su cargo corría peligro.
Deibido el aumento de las tensiones por una posible obstrucción a la Justicia, finalmente el también ex director del FBI Robert Mueller fue nombrado para llevar de forma independiente las investigaciones sobre la llamada trama rusa como fiscal especial.No obstante, con la elección de Wray, respetado por demócratas y republicanos por su carrera judicial, Trump puso al frente del FBI a un director que despejó las dudas sobre posibles intromisiones.
Algunas cosas no pueden y no cambiarán. Nuestra misión es simple pero profunda: proteger a los estadounidenses y la Constitución. Eso no ha cambiado y no va a cambiar al menos mientras yo tenga algo que decir al respecto. Vamos a seguir la ley y nuestros valores fundamentales, subrayó.Vamos a seguir los hechos independientemente, no importa a dónde nos dirijan y a quién le guste. Y vamos a perseguir siempre, siempre la Justicia, insistió el nuevo director de la policía federal, citado por la agencia de noticias EFE.