Un grupo de Jujuy Andino coronó el cerro Morado

Un grupo de Jujuy Andino coronoacute  el cerro Morado

Un grupo de Jujuy Andino coronó el cerro Morado

Un grupo de montañistas del Club Jujuy Andino hizo cumbre recientemente en Cerro Morado a 5030 m-s-n-m- en Coranzulí en la provincia de Salta. Rubén Peña Mendoza, Leonardo Ljungberg y José Fayos, integrantes de la Comisión de Alta Montaña del Club organizaron la salida. Al grupo lo completaron Natalia Ramos, Alejandra Salvador, Rosana Cáceres,Sergio Civetta y Enrique Cuellar.

El grupo partió el último sábado hacia Humahuaca y de ahí por la ruta provincial 13 rumbo al Abra del Cóndor, límite entre Jujuy y Salta, desde donde se podía divisar el cerro.

Integrantes del grupo comentaron que “A medida que íbamos acercándonos nos impactó lo imponente que era tenerlo tan cerca y la belleza de sus colores, a la vez que la ansiedad se iba acrecentando ante el desafío”. 

El grupo llegó cerca del mediodía y se alojó en el hostal de la familia Pantaleón Tinte, que brindó toda su hospitalidad a los montañistas que disfrutaron y las cómodas instalaciones y del museo en el cual atesoran la más variada colección de vasijas, puntas de flechas, láminas de oro y utensilios entre otras cosas; todas encontradas por los alrededores del lugar. 

Luego del almuerzo y la preparación previa para iniciar el camino hacia la cumbre, el grupo realizó un relevamiento sobre la mejor opción para el ascenso previsto para el domingo.

Ya a las 6 del domingo los montañistas comenzaban a soñar con la cumbre del Morado, la que coronaron luego de 7 horas de caminata en el ascenso por pastizales, acarreos y pendientes con mucho desnivel. Ya 1500 metros de altura los separaban del hostal. 

“ Nos sentíamos dueños de todo. Desde allá arriba divisábamos cerros, poblados, caminos y un colchón de nubes hacia el noroeste, todo parecía estar a nuestros pies, todos nuestros  sentidos disfrutaban del momento”, comentaron.

“Fue una cumbre maravillosa, con varias apachetas con cruces de piedra y una estrella de 5 puntas de laja, construida en forma plana sobre la superficie, con un sol maravilloso, pero un poco de viento disfrutamos de la cumbre y luego comenzamos el regreso”.

El descenso no fue menos exigente para el grupo ya que la pendiente era significativa y no podían relajarse, el camino no perdía la exigencia que había puesto en el ascenso, cayendo la tarde el grupo llego a los senderos que los conducían hasta el hostal donde habían hecho base para luego emprender el regreso con la satisfacción de haber hecho una nueva cumbre

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