EN LOS MANZANOS
Los actos de fe que vienen de la mano de los profundos agradecimientos son los que movilizaron las intenciones de quien hizo realidad la iglesia dedicada a la Virgen Desatanudos en Los Manzanos, loteo que se encuentra a la par de barrio Navea, en Los Alisos, departamento San Antonio.
Laly Navea, en una acción de profunda fe, realizó la donación del espacio en el que se encuentra enclavada esta iglesia y donde se ubica también el terreno donado al Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC), que junto al Obispado de la Diócesis de Jujuy y la parroquia Nuestra Señora de Loreto, serán responsables de las actividades que desde el pasado domingo 23 de julio, se realicen en este flamante espacio dedicado al recogimiento del espíritu.
La primera celebración Eucarística en este templo de la Virgen Desatanudos fue concelebrada por el Obispo Diocesano de Jujuy, monseñor Cesar Daniel Fernández y los presbíteros Luis Salas y Germán Maccagno, quienes bendijeron ese espacio Santo que fue donado por la señorita Laly Navea, precisamente bajo la advocación de la Virgen que da nombre al mismo.
La leyenda mística de la Virgen Desatanudos empezó en Alemania cuando un noble, con sus rezos a la imagen de la Virgen María, pudo mejorar la relación con su esposa. En agradecimiento le pidió al artista Johann Georg Melchor Schmidtner que pintara una imagen que mostrara aquella acción santa. El hombre tomó la imagen mariana y presentó a la Inmaculada Concepción, amparada por el Espíritu Santo y rodeada de ángeles. Además, la mostró pisando la cabeza de una serpiente (símbolo de males y pecados) y con unas cintas enredadas que, tras pasar por sus manos, quedaban lisas. Cuentan que era la forma de simbolizar cómo la fe y el amor podían desatar los nudos de los problemas humanos que traban la comunicación de los seres humanos con Dios. Fue cerca del año 1700 y, en alemán, a esa imagen se la conoció como María als Knotenlöserin. Es decir: María, la que desata los nudos.En Argentina, fue entronizada en la iglesia de San José del Talar en Buenos Aires, el 8 de diciembre de 1996. Fue en 1984 cuando un sacerdote que había ido a estudiar a Alemania trajo una postal que la mostraba. Aquel sacerdote jesuita se llama Jorge Bergoglio, el hoy papa Francisco, uno de los tantos fieles de esa advocación mariana.
En la Iglesia Católica, no sólo la reconocen como Madre de Dios, María la que desata los nudos, sino también como Madre del buen consejo y Patrona de los matrimonios y de los conflictos en la vida de las personas y los pueblos.