El Papa llamó al diálogo en Jerusalén

POR LA ESCALADA DE VIOLENCIA

El papa Francisco instó  ayer a la moderación y llamó al diálogo entre israelíes y palestinos en  Jerusalén, luego que en las últimas  48 horas, ocho personas murieran en  esa simbólica ciudad y en la ocupada  Cisjordania por represión y un atentado, una escalada de violencia desatada por las restricciones de Israel  para rezar en una de las mezquitas  más importantes del mundo, Al Aqsa.

“Siento la necesidad de expresar un  fuerte llamamiento a la moderación y  al diálogo. Los invito a que se unan a  mi en la oración, para que el Señor  inspire a todos propósitos de reconciliación y paz”, pidió el papa durante  el rezo del Ángelus en la plaza de  San Pedro.

Al mismo tiempo, la Liga Árabe  convocó una reunión urgente a nivel  de ministros de Relaciones Exteriores para el próximo miércoles para  discutir la escalada de violencia en la  Ciudad Vieja de Jerusalén.

“Jerusalén es un línea roja que los  árabes y los musulmanes no permiten que sea tocada”, advirtió el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgueit, en un comunicado,  citado por la agencia de noticias  EFE.La escalada de violencia continuó  el sábado cuando el Ejército israelí  lanzó una serie de allanamientos en  Cisjordania, en los que detuvo 29  personas, entre ellas a nueve miembros de Hamas, la organización islamista que celebró el atentado del  viernes pasado, que terminó con tres  israelíes colonos muertos en su casa  en un asentamiento en ese territorio  palestino ocupado.

“En total fueron detenidas 29 personas de las que nueve pertenecían a  Hamas durante las operaciones en  Judea y Samaria (denominación bíblica para Cisjordania utilizada por  Israel)”, informó un vocero del Ejército israelí.

Las represalias israelíes continuaron ayer. El primer ministro israelí,  Benjamín Netanyahu, anunció que  tirarán abajo la casa del joven palestino que el viernes cometió el atentado contra una familia en Neve Tsuf,  una colonia en el norte del territorio  ocupado de Cisjordania.

“La casa del vil terrorista será destruida tan pronto como sea posible”,  aseguró Netanyahu antes de la reunión semanal de gabinete.

Este tipo de castigo es repudiado  por la ONU y por la mayoría de las  organizaciones de derechos humanos  internacionales porque consideran  que alimentan el odio, especialmente  cuando la ocupación militar israelí  sobre Cisjordania, Jerusalén este y la  Franja de Gaza cumplió 50 años.


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