SE CONFIRMA LA PAZ EN COLOMBIA
Colombia vivirá hoy una jornada histórica cuando, en un acto simbólico en una de la zonas transitorias de reunión de miembros de las FARC, se dé por oficialmente concluida la entrega de las armas de casi 7.000 guerrilleros y se abra la compleja etapa de su reinserción política en el país, en lo que será la oficialización del abandono de la lucha armada, porque la ONU informó ayer que tiene en su poder todo el material bélico de la insurgencia.
Al día, la Misión tiene almacenado el conjunto de las armas individuales de las FARC registradas: 7.132 armas, salvo aquellas que, de conformidad con la Hoja de Ruta, servirán para dar seguridad a los 26 campamentos de las FARC hasta el 1 de agosto de 2017, afirmó la ONU en un comunicado.
La Misión reseñó que la última fase de la entrega de armas de los insurgentes, correspondiente al 40 por ciento faltante, comenzó el martes 20 de junio, y que ese organismo las almacenó en los contenedores dispuestos en las zonas veredales y puntos veredales de normalización.
Hasta el momento, la Misión ha verificado 77 caletas de las cuales ha sido extraído el armamento y destruido municiones, explosivos y armamento inestable, agregó el comunicado de la ONU.
El histórico acto de hoy tendrá lugar en una de las áreas de reunión de las FARC, la zona
veredal transitoria de normalización (ZVTN) de Buenavista, también llamada La Guajira y ubicada en Mesetas, municipio del departamento del Meta, en el centro del país, cuya capital es Villavicencio.
El gobierno estará representado por el propio presidente Juan Manuel Santos, quien el pasado viernes en París, durante una visita de Estado a Francia, proclamó el fin de las FARC como grupo armado, mientras por la guerrilla estará su máximo jefe, Rodrigo Londoño, alias Timochenko.
Después de 53 años de conflicto armado, cuatro años de diálogos de paz, un plebiscito que puso en riesgo el proceso y siete meses del implementación del acuerdo desde noviembre pasado, por fin verán los colombianos como la guerrilla más antigua de América Latina entrega la última de sus armas personales.
Esa es la imagen que debe pasar a la historia, así como la que dejaron en los años 90 otras guerrillas como el Ejército Popular de Liberación (EPL), de origen maoísta, o el indigenista Movimiento Armado Quintín Lame.