TRUMP RECLAMÓ MÁS SANCIONES
China, Rusia, la Unión Europea (UE), la OTAN, Japón y Corea del Sur rechazaron ayer la nueva prueba misilística del sábado de Corea del Norte y pidieron desescalar la situación, mientras en Estados Unidos Donald Trump instó a todos estos países a que implementen sanciones mucho más fuertes contra el régimen comunista de Pyongyang.
La reacción mundial fue tan amplia y contundente que, menos de 24 horas después del nuevo lanzamiento norcoreano, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas convocó a una reunión para el próximo martes a puerta cerrada para discutir cómo responderán al régimen comunista, a pedido de las delegaciones de Estados Unidos y Japón, según informaron medios norteamericanos.
Anoche Corea del Norte lanzó un misil balístico que recorrió 700 kilómetros desde una región próxima a su costa occidental, Kusong, al noroeste de Pyongyang, donde ya se había ensayado antes el misil de alcance intermedio que se cree está desarrollando el país asiático, la última vez en febrero pasado.
Según Japón, el misil voló durante 30 minutos, recorrió 700 kilómetros y cayó en el mar entre la costa de su país y el extremo oriental de Corea del Norte. De confirmarse se trataría de una prueba exitosa, especialmente después de la de hace dos semanas, en la que el proyectil explotó apenas unos minutos después de ser lanzado.
Desde que Estados Unidos se distanció de las negociaciones nucleares con Corea del Norte, durante los primeros años del gobierno de George W. Bush, Washington y, con el pasar del tiempo, todas las principales potencias mundiales que componen el Consejo de Seguridad de la ONU condenan cualquier desarrollo militar de Pyongyang que pueda ser usado para fortalecer su programa de armas nucleares.
En este caso, las pruebas de misiles suponen un paso necesario para que el régimen comunista obtenga una capacidad de lanzar, dentro de la región asiática e inclusive más lejos, bombas nucleares.
Ante la decisión de Pyongyang de volver a desafiar al Consejo de Seguridad y hacer otra prueba misilística, Trump fue categórico y llamó a que todas las naciones implementen sanciones mucho más fuertes.
Corea del Norte ha sido una amenaza flagrante, destacó un comunicado de la Casa Blanca, en la que además calificó a la nueva prueba militar como una provocación, no sólo para sus aliados en la región, sino también para Rusia.
Con el misil impactando tan cerca de territorio ruso, de hecho más cerca de Rusia que de Japón, el presidente no puede imaginar que Rusia esté complacida, concluyó el texto estadounidense, citado por la agencia de noticias DPA.
A diferencia de Trump, las principales potencias del mundo optaron por destacar su preocupación ante una posible escalada militar en la península coreana.
Los presidentes de China y Rusia, Xi Xiping y Vladimir Putin, respectivamente, se reunieron ayer en paralelo al Foro de las Nuevas Rutas de la Seda en Beijing, una iniciativa impulsada por China para el desarrollo de infraestructuras, que quedó teñida por el fantasma de un nuevo conflicto en la región.