Un cordón policial impidió ayer una marcha de jubilados hacia la Defensoría del Pueblo, en la continuación de las protestas contra el Gobierno venezolano.
La llamada marcha de los abuelos logró parcialmente su meta, ya que superó una primera barrera de seguridad, pero solo llegó a la mitad del camino hacia la Defensoría, en el municipio Libertador, en el centro de Caracas.
Antes de pasar el primer punto de control, una escaramuza con la policía provocó el uso de gas, lo que dejó al menos cinco de los participantes con señales de asfixia.
Las protestas comenzaron en Venezuela el 4 de abril, luego de que dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) despojaron de sus atribuciones a la Asamblea. Después de cinco semanas, han dejado 39 muertos y unos 800 heridos.
La manifestación partió de la plaza Brión, en el municipio Chacao, en el este caraqueño, pero fue enfrentada por agentes de la Policía Nacional, que al ser empujados por los jubilados los rociaron con gas pimienta, según dijeron los organizadores.
Luego del incidente, la policía acordó abrir el paso hacia la céntrica avenida Libertador, donde al cordón policial se agregó un muro metálico que bloqueó el paso hacia la sede de la Defensoría.
Al lugar se presentó un representante de la Defensoría, quien alegó que no podían recibir a los jubilados por la falta de espacio.
Los manifestantes le replicaron que no tenían un manifiesto para entregarle a la Defensoría, sino que exigían respuesta a 10 documentos entregados previamente, en uno de los cuales pedían el pago de un bono de alimentación y medicinas que aprobó la Asamblea Nacional (Congreso), pero el Gobierno alega no tener recursos.
El presidente de la Federación Nacional de Jubilados y Pensionados de Venezuela, Emilio Lozada, dijo que están exigiendo respuesta a las varias comunicaciones entregadas antes.
Queremos respuesta a estas exigencias, estamos cansados de traer documentos. La Defensoría debe asumir lo establecido en la Constitución, dijo.