El viceministro de Relaciones Exteriores de Siria, Walid al Muallem, advirtió ayer que Damasco no permitirá que las Naciones Unidas desplieguen fuerzas internacionales en su país para vigilar el cumplimiento de la tregua en las zonas seguras alcanzada en Astaná, Kazajistán.
No habrá presencia de fuerzas internacionales bajo la égida de la ONU, dijo el también vicepremier en una rueda de prensa trasmitida por la televisión estatal siria, en respuesta a las especulaciones sobre un posible despliegue de tropas de Naciones Unidas.
La ONU auspicia las conversaciones de paz en Ginebra. Al Muallem indicó que, conforme anunció Rusia, uno de los mediadores del acuerdo sobre zonas seguras, éstas estarán custodiadas por fuerzas de la policía militar y centros de monitoreo.
La ONU y las fuerzas internacionales no ejercerán ningún papel, recalcó, según informó la agencia de noticias Sputnik y difundió su par Europa Press.
El canciller sirio agregó, según la agencia de noticias SANA, que los rebeldes tenían el deber de separarse de los grupos yihadistas como la rama siria de Al Qaeda y expulsarlos de las áreas que ahora ocupaban, para que puedan ser verdaderamente seguras.
Al Muallem agregó que los garantes del acuerdo de Astaná tenían ahora la tarea de ayudar a esos rebeldes en la expulsión de los yihadistas. La prioridad del ejército sirio, dijo, está ahora en liberar las áreas de Siria Oriental cercanas al límite con Irak, que están en manos del EI.
Rusia, Turquía e Irán -impulsores del proceso de Astaná- anunciaron la semana pasada un acuerdo para establecer cuatro zonas seguras que afectarán a un millón de personas, repartidas por las provincias de Idleb, Alepo, Hama, Homs, Latakia y en Ghouta Oriental.
Al Muallem destacó que el Gobierno sirio está plenamente comprometido con el acuerdo sobre zonas seguras, pero alertó de que ante cualquier violación (por parte de un grupo), el Ejército sirio estará listo para responder de un modo decisivo.