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No fumar, no respirar el humo de segunda mano de los fumadores, evitar la exposición a sustancias tóxicas presentes en el aire, tratar de no estar en ambientes no ventilados en los que se cocina, escaparle al smog. La lista de medidas para prevenir las enfermedades pulmonares revela entre sus diferentes ítems la presencia de un denominador común: el evitar respirar en ambientes contaminados por diferentes sustancias volátiles. Sin embargo, recientes estudios sugieren que es posible reducir las chances de enfermar por causa pulmonar a partir de ciertos cambios en la dieta. Más precisamente, hay evidencias de que una alta presencia de fibra proveniente de la alimentación tendría un efecto protector sobre el pulmón.
"Las enfermedades pulmonares son un grave problema de salud pública, así que es importante identificar los factores de riesgo modificables para la prevención", declaróla doctora Corrine Hanson, profesora asociada de nutrición médica del Centro Médico de la Universidad de Nebraska, Estados Unidos. El problema que señala la experta es que “además del tabaquismo, se han identificado muy pocas estrategias preventivas. Aumentar el consumo de fibra podría ser una forma práctica y efectiva de que las personas tengan un impacto sobre su riesgo de padecer una enfermedad pulmonar".
La doctora Hanson y sus colegas publicaron recientemente un estudio en la revista especializada Annals of the American Thoracic Society que, tras analizar información médica recabada sobre casi 2.000 voluntarios de entre 40 y 79 años de edad, halló que el 68% de los que tenían el mayor consumo de fibra presentaban una función pulmonar normal, en comparación con el 50% de los que tenían la ingesta más baja de fibra. Asimismo, los investigadores observaron que sólo el 15% de los voluntarios que incorporaban mucha fibra a través de su alimentación presentaban una restricción de las vías respiratorias, en comparación con el 30% de los que tenían la ingesta de fibra más baja.
