Ciudad del Vaticano - El papa Francisco aceptó ayer sábado la dimisión del arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati, acusado de haber ocultado abusos sexuales y que aseguró que dejaba el cargo con la frente muy en alto.
Ricardo Ezzati, de 77 años, el máximo representante de la iglesia en Chile, presentó su dimisión en mayo de 2018 igual que todos los obispos chilenos, un total de 34, tras las revelaciones de varios escándalos de pederastia en el país. Hasta ahora el papa Francisco había aceptado siete de esas dimisiones. No basta con que a uno le digan que es encubridor, hay que probarlo y yo estoy con la frente muy en alto, dijo Ricardo Ezzati, en una declaración a la prensa horas después de que se conociera la decisión del Vaticano.
El viernes, un tribunal de apelación de Santiago rechazó la demanda de Ricardo Ezzati de archivar un demanda en su contra por no haber denunciado abusos sexuales a menores cometidos por tres curas, uno de los cuales era su mano derecha, en la ciudad de Rancagua, al sur de Santiago. En octubre, el arzobispo fue convocado por el fiscal del caso pero guardó silencio aunque prometió su colaboración a la prensa. El cardenal nunca escondió nada ni destruyó pruebas, dijo su abogado.
Es una decisión tardía. Esto debería haber sucedido un año atrás, dijo por su parte Jaime Concha, una de las víctimas de los cientos de casos de pederastia denunciados en los últimos años en Chile. Concha fue víctima de abusos durante su niñez en un colegio de los Hermanos Maristas.