El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó ayer a Davos, Suiza, para su primera participación en el Foro Económico Mundial cargado con sonrisas para sus socios, Londres y Tel Aviv, y un nuevo ultimátum para los palestinos: si no negocian la paz con Israel, no recibirán más ayuda financiera.
En la víspera a su llegada, la primera jornada del foro estuvo marcada por una fuerte defensa del orden global liberal por parte de los líderes de Alemania y Francia y críticas al proteccionismo de Trump y a su decisión de imponer tarifas a importaciones que afectan a China y otros países.
Pese a ese clima de crispación, Trump buscó tener un primer día en Davos con encuentros bilaterales con aliados menos combativos, como la primera ministra británica, Theresa May, y su israelí, Benjamin Netanyahu.
Durante su mensaje ante los líderes políticos y empresariales más poderosos del mundo, May matizó el fuerte discurso anti proteccionismo de sus socios que había dominado el miércoles.
Sinceramente, demasiado a menudo nuestra retórica en favor del libre mercado aquí en Davos no coincide con nuestras acciones, aseguró May, quien como Trump, también ha recibido críticas de las potencias occidentales por su apoyo al Brexit, la salida de Reino Unido a la Unión Europea, una decisión popular motivada por reclamos nacionalistas y proteccionistas.
Más tarde, May se reunió con Trump y media docena de sus asesores en una sala de conferencias del foro.
El mandatario estadounidense destacó la buena relación que mantienen, aseguró que están en la misma onda en cada aspecto y desmintió el falso rumor de que haya tensiones entre los dos, informó la agencia de noticias EFE.
Por su parte, May le devolvió la gentileza y anunció a la prensa que está analizando una nueva fecha para que su par estadounidense visite Londres, luego de que Trump cancelara su viaje el año pasado, tras criticar públicamente la política migratoria y penal de Reino Unido y desatar una ola de polémica, que reunió hasta el repudio del alcalde de Londres, el dirigente musulmán Sadiq Khan.
Trump también tuvo una reunión bilateral con el premier israelí Netanyahu en su primer día en Davos. Antes del encuentro, Netanyahu destacó que era la primera vez que se veían desde que su par estadounidense cambió 50 años de política exterior y reconoció a Jerusalén como capital de Israel, desechando el histórico reclamo de los palestinos.
La gente dice que eso hizo retroceder la posibilidad de una paz. Yo digo que la impulsa porque reconoce la historia, reconoce la realidad actual. Y la paz sólo puede ser construida sobre el base de la verdad, aseguró Netanyahu antes de saludar a su socio.
Tras saludarse con el premier israelí, Trump ratificó su decisión -que desató a fin de 2017 una ola de protestas en Palestina y Medio Oriente, que fueron reprimidas de manera sangrienta- y sentenció: Jerusalén está fuera de la mesa de negociación.El mandatario estadounidense no se limitó a apoyar a Israel, sino que fue especialmente duro con el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina.
Nos faltaron el respeto hace una semana al no permitir que nuestro gran vicepresidente los vea y les damos cientos de millones de dólares en ayuda y apoyo, números tremendos, números que nadie entiende, aseguró Trump y agregó un nuevo ultimátum: El dinero está sobre la mesa. El dinero no va a ser enviado excepto que se sienten y negocien la paz.