En el suelo, apilados en torres infinitas, perfectamente situados, en una librería digna de una biblioteca, en estanterías, muebles o baldas. Cada uno tiene que encontrar la solución que mejor se adapte al número de ejemplares, a su casa y a su forma de entender la relación con ellos.
Y, por supuesto, no poner límites y sitúarla en el salón, dormitorio o el pasillo. A la hora de planificar las estancias, una librería puede dar mucho juego, ya que puede actuar como tabique o servir como elemento para dividir ambientes de un mismo espacio, logrando una separación visual entre ambos.Hay diseños escultóricos, sencillos, minimalistas, inspirados en formas orgánicas o en figuras geométricas, boisseries con puertas y vitrinas. En su elección los metros, el estilo de la habitación, el color y la iluminación son aspectos a tener en cuenta, para no equivocarse. Las bibliotecas permiten dar un toque de locura y entusiasmo a los ambientes, permitiendo que algo tan tranquilo, cobre vida.