AMENAZA CON IMPONER MÁS SANCIONES A FUNCIONARIOS
Estados Unidos está moviendo piezas ante la situación en Venezuela. Tras ser uno de los países que ha presionado a Nicolás Maduro desde la Organización de Estados Americanos (OEA), refuerza ahora esa posición con la amenaza de imponer más sanciones a miembros de su Gobierno. La situación en Venezuela es una verdadera tragedia, manifestó el secretario de Estado, Rex Tillerson.
El presidente Donald Trump ha mantenido básicamente hasta ahora la política de Barack Obama hacia Venezuela, aunque en los gestos ha ido más allá que el demócrata, por ejemplo, recibiendo en el Despacho Oval a Lilian Tintori, la esposa del opositor encarcelado Leopoldo López, o con su poco diplomática retórica. Venezuela es un desastre, dijo la semana pasada ante el argentino Mauricio Macri.
La visibilidad estadounidense está aumentando ahora con el agravamiento de la crisis en el país latinoamericano, donde una treintena de personas ha muerto en las protestas contra Maduro que la oposición sostiene desde hace semanas y donde el mandatario acaba de convocar una Asamblea Constituyente para redactar otra Carta Magna que dejaría en el aire las elecciones presidenciales de 2018.
Lo que el presidente Maduro está intentando hacer de nuevo es cambiar las reglas del juego, dijo Michael Fitzpatrick, subsecretario de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental, al abrir esta semana la puerta a nuevas sanciones, tras las que Washington impuso en febrero al vicepresidente Tareck El Aissami.
El hombre fuerte del Gobierno de Maduro fue incluido entonces por el Departamento del Tesoro en la lista Kingpin, que es la lista negra de narcotraficantes, y vio congelados sus activos en Estados Unidos.
Un grupo de nueve destacados senadores presentó ayer un proyecto de ley en el Capitolio, dando a la administración Trump una vía para la imposición de nuevas sanciones.
Es interés estratégico de Estados Unidos apoyar el restablecimiento de la democracia en Venezuela y trabajar con socios regionales para situar al país de nuevo en una senda de paz, prosperidad y estabilidad, manifestó el senador demócrata Ben Cardin, máximo copatrocinador del proyecto junto al republicano Marco Rubio.
Este último, contrincante de Trump en las primarias de su partido, es uno de los más beligerantes en el tema de Venezuela y ha apremiado al mandatario a ir más allá de lo que fue Obama. Él fue el que medió para que el presidente recibiera a Tintori.
Esta semana, Rubio se reunió con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, uno de los mayores críticos de Maduro, para analizar la situación una vez que el mandatario presentó formalmente el escrito para abandonar la organización después de que esta aprobara convocar a los cancilleres para tratar el tema venezolano.-