Se paralizó Brasil y hubo focos de violencia

PARO GENERAL CONTRA LAS REFORMAS LABORALES DE TEMER

Se paralizoacute Brasil y  hubo focos de violencia

Se paralizó Brasil y hubo focos de violencia

La primera huelga general en dos décadas paralizó ayer a Brasil, con algunos focos de  violencia, en rechazo al gobierno del presidente  Michel Temer y sus propuestas de reforma laboral  y del sistema jubilatorio, en una reacción que se  apoya en la escasa popularidad del mandatario.

El gobierno calificó la movilización nacional como un “fracaso” porque argumentó que estuvo  apoyada en el piquete de rutas y avenidas, lo cual  impidió el uso del transporte público, al tiempo que  hubo represión de la policía a bloqueos de calles en  San Pablo, Río de Janeiro y Goiania.

En San Pablo se reportaron 13 detenidos mientras  que en Río de Janeiro manifestantes violentos que  no participaban de las columnas sindicales bloquearon las calles del centro frente a la Asamblea Legislattiva e hicieron barricadas con fuego, al tiempo que fueron reprimidos con gases lacrimógenes y  camiones hidrantes.

Los principales sindicatos del país, metalúrgicos,  bancarios, transportes, empleados públicos, docentes y petroleros fueron los que protagonizaron la  primera huelga general desde 1996, convocados  por las nueve centrales sindicales, incluidas las oficialistas.

La protesta fue más allá que el ya clásico y desgastado “Fuera Temer”, debido a que incluyó a  sectores directamente afectados por las reformas,  como los pequeños comerciantes, los docentes de  la red privada y colegios religiosos y el respaldo de  gran parte de los obispos de la conferencia episcopal brasileña.

La agenda de reformas de Temer fue repudiada el  mismo día en el cual el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE, oficial) divulgó que el  índice de desocupación subió hasta el 13,7% en el  primer trimestre, afectando a 14,2 millones de personas, 3,1 millones más comparado con el mismo  período del año pasado.

El ministro de Justicia, Osmar Serraglio, dijo que  fue un “fracaso” la huelga porque se basó en el  transporte. Pero el principal portavoz del gobierno  resultó ser el alcalde de San Pablo, el empresario  Joao Doria, quien calificó de “vagos” y “perezosos” a quienes adhirieron al paro nacional.

Doria es un presidenciable del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) que ayer fue a  trabajar en helicóptero al palacio municipal y que  no pudo hacer un acuerdo con Uber para que llevara sin costo a trabajar a los empleados municipales.

“El que hace paro es vago, perezoso, duerme hasta tarde. Yo me levanto temprano”, dijo Doria.

El ministro Serraglio dijo que la reforma laboral  que tiene media sanción en la cámara baja “desespera” a las centrales sindicales porque elimina la  contribución obligatoria de los empleados a sus  gremios.

Todas las grandes ciudades del país tuvieron un  movimiento parecido a los de los domingos, aunque sin transporte público.

La Iglesia Católica brasileña, mediante un centenar de obispos, adhirió con la entidad que agrupa a  parte de las iglesias evangelistas a las protestas, en  el marco de las críticas realizadas en una carta del  papa Francisco a las soluciones propuestas por el  gobierno para la crisis.

Desde temprano, los bloqueos de carreteras en  San Pablo fueron realizados con la quema de neumáticos: en el centro de la ciudad hubo 16 detenidos por cortar la estratégica Avenida Sao Joao, en  medio de una represión policial que había sido  anunciada por el gobernador Geraldo Alckmin, un  aliado de Temer y precandidato presidencial.

La falta de trenes, metro y autobuses paralizó a la  mayor ciudad del país y otras 24 capitales de estados.

En Brasilia, Temer movlizó a la policía militar  para proteger los edificios públicos frente a la manifestación en la capital. Las huelga con movilizaciones más el cese del transporte tuvo éxito en  grandes capitales como Porto Alegre, Belo Horizonte, Recife, Bahía, Fortaleza y Manaos. En las  ciudades menores hubo paro en el comercio minorista.


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