Al menos 11 personas murieron y 45 resultaron heridas en una explosión que se produjo ayer en una estación de metro de San Petersburgo, en el noroeste de Rusia, y que los investigadores creen que se trató de un atentado terrorista.
El artefacto explotó en un tren en marcha que circulaba bajo la ciudad de cinco millones de habitantes, la segunda mayor del país, que sufre por primera vez un atentado de este tipo.
La Fiscalía estatal cree se trató de un atentado terrorista. Las autoridades buscan a dos sospechosos del ataque. Se cree que uno fue el que colocó la bomba debajo de un asiento del tren, mientras que el otro supuestamente puso una bomba en la estación que no detonó.
Según los investigadores, la bomba explotó a las 14:40 horas (12:40 GMT) en un tren que circulaba entre las estaciones de Sennaya Ploshchad y Tekhnologuicheskiy Institut, en el centro de la ciudad.
El maquinista tomó la decisión correcta al no parar y circular hasta la siguiente estación para que las víctimas recibieran ayuda inmediata, dijo una portavoz del comité estatal de investigación, Svetlana Petrenko. Así, probablemente se salvaron vidas.
El artefacto que explotó era al parecer una bomba casera llena de trozos de metal, aseguró la agencia de noticias estatal RIA Novosti. En Internet circulaban imágenes de los vagones del metro destrozados.